lunes, 13 de agosto de 2012

La vida después de los Juegos, el desafío de las capitales olímpicas

Foto: London 2012

Prepararse para recibir a 10.000 atletas y ser el centro de atención mundial durante dos semanas es una tarea titánica, que en el caso de los Juegos Olímpicos de Londres costó 14.500 millones de dólares. Pero ¿qué sucede en una ciudad olímpica cuando todo vuelve a la normalidad?

"El principal reto para una ciudad olímpica es que los Juegos sean exitosos y que se recupere la inversión. Y ese éxito sólo se puede medir realmente entre ocho y doce años después", explica el arquitecto Joan Bonet, que estudia la reinvención de Pekín después de 2008.

"Casi siempre son organizados por ciudades emergentes que buscan darse a conocer, atraer inversiones y aprovechar la publicidad que generan para desarrollar un turismo que no tenían antes", señala, para explicar por qué muchos de sus efectos demoran en volverse visibles.

La primera preocupación es garantizar la solvencia final de los Juegos.

Casi todas las ciudades parten de la premisa de que no generarán ganancias, pero suponen que es una oportunidad para invertir en proyectos estratégicos que traerán beneficios a mediano plazo. Sin embargo, tampoco quieren repetir los errores de Montreal, que heredó una deuda de 1500 millones de dólares y sólo terminó de pagarla -mediante un "impuesto olímpico"- en 2006, exactamente 30 años después de haber servido de sede.

"Los Juegos de Pekín fueron una manera para China de anunciarse ante el mundo", señala Bonet. Eso explica que el presupuesto chino -en torno a 42.000 millones de dólares, de lejos el mayor de la historia- corriese por cuenta del gobierno.

Cuatro años después, la mayoría de las instalaciones de Pekín están en desuso o abandonadas. El estadio olímpico -el espectacular "Nido de Pájaro"- se usa de manera esporádica para conciertos, partidos de fútbol y actividades invernales, pero aún arroja pérdidas de 38 millones de dólares al año.

En un país con poca tradición de deportes de equipo, darle uso a un mastodonte con capacidad para 80.000 espectadores resulta un dolor de cabeza.

Además, el estadio de básquet -que será convertido en el centro de un nuevo distrito financiero- y el parque de deportes náuticos están abandonados. Sólo se salva el Cubo de Agua, cuyas piscinas olímpicas dieron paso a un parque acuático que le permite operar sin pérdidas.

Hasta el momento, a Pekín le costó gestionar las obras individuales, pero demostró una buena visión en sus proyectos a gran escala.

En los siete años previos a los Juegos, la capital china inauguró cinco líneas y un tren rápido al aeropuerto, que suman 372 kilómetros de vías y que le permitieron solucionar problemas que la aquejaban desde hacía tiempo. También inauguró una terminal aérea con capacidad para recibir 50 millones de visitantes al año.

"Posiblemente, ése haya sido el mayor aporte de los Juegos de Pekín, que se convertirá en 2015 en la ciudad con la red de metro más grande del mundo", señala Bonet.

CONTRA LOS ELEFANTES BLANCOS

Aunque todas las sedes deben presentar los planes para después de los Juegos en sus candidaturas, la experiencia demostró que incorporar los espacios olímpicos a la vida urbana es una tarea compleja.

"El caso de Barcelona 1992 es muy conocido porque fue un éxito rotundo en cuanto a su repercusión urbanística. Es el modelo que todos intentan replicar", señala el arquitecto catalán.

El viejo barrio industrial de Poble Nou frente a la costa fue derruido para dar paso a la villa olímpica; esto le permitió a la ciudad revitalizar una zona deprimida, construir un paseo marítimo y ganar tres kilómetros de playa. "Barcelona estaba de espaldas al mar y los Juegos abrieron la ciudad", añade. Hoy recibe siete millones de turistas al año.

Ese legado de los Juegos a una ciudad anfitriona se puede medir en seis aspectos fundamentales, según la teoría de Holger Preuss, economista de la Universidad de Mainz que estudia los procesos postolímpicos.

En primer lugar está el uso que se le da a la infraestructura física construida para el certamen: desde las instalaciones deportivas de alto nivel y la villa olímpica para los atletas hasta la red de transporte público y las obras públicas puestas al servicio de los visitantes.

A esto se suman dos criterios menos tangibles, que son las políticas medioambientales y el impacto de los Juegos en la cultura urbana.

"El mayor reto es integrar las instalaciones a la ciudad para que no se conviertan en elefantes blancos", dice Bonet. En ese sentido, explica que usarlos como centros deportivos públicos muchas veces no los hace sostenibles.

El desafío es encontrar, entonces, un balance que permita su uso público y garantizar que se cubran los costos de mantenimiento. De ahí el éxito de ciudades como Los Ángeles, que sólo debió construir dos escenarios en 1984.

EL DESPUÉS DE LOS ESTADIOS

El problema más complejo lo presentan los estadios olímpicos. "Por su tamaño y la especificidad de su uso, constituyen uno de los puntos más difíciles de resolver para una ciudad", señala Bonet.

La mayoría alcanza un acuerdo con un club deportivo, aunque en general son las administraciones públicas las que siguen pagando las cuentas. En Europa, clubes de fútbol como el Bayern Munich, Espanyol, Lazio y Roma convirtieron estos estadios en sus hogares y el West Ham United pronto hará lo mismo en Londres. En Estados Unidos, Atlanta lo renovó para que pudiera albergar a los Bravos de la liga nacional de béisbol.

También hay casos exitosos de transformaciones radicales de complejos deportivos poco utilizados, como el Cubo de Agua. El velódromo de Montreal 1976 fue transformado en el Biôdome, un enorme jardín botánico y zoológico bajo techo que reproduce cuatro ecosistemas del continente americano, desde la región ártica hasta la selva amazónica.

Mejores resultados tuvo la integración de las villas olímpicas al tejido urbano. Atlanta, Calgary y Salt Lake City las construyeron en zonas universitarias, de manera que se convirtieron de inmediato en residencias para estudiantes. Londres desarrolló su villa en la zona deprimida de Stratford y la habilitará como vivienda social.

En cambio, Pekín optó por convertir la suya en departamentos de lujo, que vendió rápidamente antes de los Juegos.

Ahora el turno le toca a Londres, que, en estos tiempos de austeridad, buscará gestionar su legado postolímpico con prudencia.

TRES VISIONES CON DISTINTOS RESULTADOS

Montreal. Con poca planificación para los tiempos postolímpicos, Canadá terminó con una deuda de 1500 millones de dólares, que logró pagar 30 años después. Sí pudo reciclar la infraestructura, como el velódromo, que hoy es un zoo.


Barcelona. Fue el ejemplo a seguir. Su mayor éxito fue tirar abajo un viejo barrio industrial para levantar la villa olímpica y ganar tres kilómetros de playa, lo que abrió la ciudad al mar y convirtió a Barcelona en un hito turístico.


Pekín. Fueron los Juegos más caros de la historia, con un gasto de 42.000 millones de dólares. La mayoría de las instalaciones deportivas -como el "Nido"- están abandonadas, aunque los Juegos dejaron grandes avances en el transporte.

LAS CLAVES

Recuperar la inversión. Es importante que los Juegos sirvan como vidriera para atraer inversiones y promover el turismo. De esa manera, la deuda se salda a mediano plazo.

Aprovechar la infraestructura. El desafío es reciclar las instalaciones deportivas y garantizar un balance que permita su uso público y cubrir los costos de mantenimiento. Los estadios pueden ser vendidos, transformados y, en el mejor escenario, incorporados al tejido urbano.

Invertir en obras públicas. Los Juegos son una buena ocasión para ampliar la red de transporte público y concretar obras públicas, aunque varios años antes del certamen, como ocurrió en Pekín.

Cuidar el medio ambiente. Las sedes deben tener en cuenta las políticas medioambientales.

Fuente: La Nación

Londres 2012: Así cubrieron las redes sociales los Juegos Olímpicos

Usain Bolt tiene mas de un millón y medio de seguidores en Twitter.

Con sus ventajas y desventajas, los Juegos Olímpicos no solo fueron narrados por la gente, sino también por los mismos atletas a través Facebook, Instagram y Twitter.

Era de esperarse. En un recuento previo al evento, de acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI) había 2.014 deportistas o exdeportistas olímpicos verificados utilizando las redes sociales.

En los juegos de Pekín había 100 millones de usuarios registrados en Facebook. Hoy hay 900 millones. Y en Twitter: a los seis millones de cuentas que había registradas en 2008 se sumaron 600 millones en estos cuatro años.

Desde las fotos de los asientos vacíos, hasta el atleta que anunció su matrimonio en Twitter, las redes sociales fueron el radar que reportó las noticias, controversias y emociones de las Olimpiadas.

Estos son algunos ejemplos que sirven de prueba a quienes aseguran que las redes sociales le dieron nuevas –y no necesariamente buenas– connotaciones a los eventos de esta magnitud.

Las fotos

El primer ejemplo sugiere que las redes sociales permiten ver facetas inéditas de los eventos: las fotos.

Un episodio memorable fue cuando, después de ganar la segunda presea de oro de la historia de su país, el esgrimista Rubén Limardo Gascón se subió al metro de Londres como cualquier ciudadano y fue retratado por los transeúntes. Las fotos del venezolano fueron un éxito en Internet. La que compartió el famoso comediante Omid Djalili, por ejemplo, fue retuiteada más de dos mil veces.

La foto de los policías haciendo "el rayo" fue viral.
Y si dos mil es bastante, 120.000 retuits es apoteósico. Ese fue el número de veces que se retuiteó la foto que compartió el periodista de la BBC Frank Keogh de unos policías imitando la característica maroma de Usain Bolt.

Otra foto que generó movimiento en Internet fue la que Michael Acton Smith, un reconocido empresario, le tomó a unos atletas ruandeses que esperaban un bus en Londres.

Está también la foto que Cullen Jones, el nadador estadounidese, tomó del desordenado baño donde se afeitan los nadadores antes de sus competencias.

Los tuiteros

Samuel L. Jackson lo contó todo por Twitter.
Uno de los más destacados tuiteros de las olimpiadas fue Samuel L. Jackson, el actor de cine estadounidense, que narró casi que al instante los Olímpicos. "Los británicos no dejan de romper récords. Prueban que son excelentes en deportes de estar sentado", fue una de sus innumerables ironías.

Otro actor que apoyó a los atletas de su país fue el argentino Ricardo Darín, que este sábado dijo, tras la derrota del equipo de hockey femenino, las Leonas, que para él "son un oro".

Los latinoamericanos, en efecto, se hicieron presentes. La ganadora del oro en bicicross/BMX Mariana Pajón y su hermano Miguel, que le hace de promotor, han hecho una estrategia de nuevos medios para dar a conocer a la colombiana, que practica un deporte usualmente de poca figuración. El día que ganó su medalla, el viernes, Mariana tuiteó una foto suya antes de dormise. Con la medalla colgada, claro.

Los peligros

Se podría asegurar que en los Olímpicos -así como en otros eventos noticiosos del año- se comprobó que las redes sociales tienen la capacidad revelar preciados secretos y a la vez es un riesgo para quienes no conocen -u omiten- los límites de la corrección política.

Empezando por la ceremonia inaugural. Su director, el cineasta inglés Danny Boyle, le pidió ­aunque con la certeza de que no sería así- a los asistentes del ensayo previo que no publicaran fotos para mantener el secreto. Acto seguido, se filtraron las fotos.

En ese caso las consecuencias pueden ser inofensivas. Pero los efectos de la inmediatez y la fácil distribución de la información pueden ser peores.

Por ejemplo, el jugador de la selección de fútbol suiza Michel Morganella fue expulsado de los Juegos después de referirse a sus contrincantes surcoreanos como "un puñado de mongoloides".

A él lo acompañó una atleta griega que publicó un tuit diciendo que, con tantos africanos en Grecia, "al menos los mosquitos del Nilo Occidental estarán ingiriendo comida hecha en casa".

Una audiencia activa

Algunos especialistas defienden la idea de que las redes sociales le permiten a la gente expresarse libremente. Y los Olímpicos pueden servirles de prueba.

Tal vez el episodio que más lo demostró fue el debate que suscitó la transmisión de los Juegos por televisión en EE.UU.

#nbcfail, un hashtag de Twitter, fue la causa que criticaba la transmisión que la cadena estadounidense NBC hizo, en exclusiva, de los eventos.

La estrategia de la cadena para cubrirlos era pasar los eventos deportivos más importantes en diferido, a horarios de mayor sintonía.

Esto despertó la ira de los televidentes, que se volcaron a las redes sociales, especialmente Twitter, para expresar su descontento.

Fuente: BBC

La actuación argentina en Londres 2012

Crismanich aportó el oro para la delegación nacional. (Télam)

Los Juegos Olímpicos ya forman parte del archivo. Se cerraron dos semanas de festejos, lágrimas, sorpresas y frustraciones. Confeccionar un balance atado al medallero sería un error. La Argentina, que tuvo una actuación acorde a sus posibilidades, se marcha de Londres con 4 medallas: uno oro (Crismanich, en taekwondo), una plata (Las Leonas), dos bronces (De la Fuente y Calabresse, en Yachting, y Del Potro, tenis) y diez diplomas olímpicos.

Pero, más allá de los fríos números que arrojan estos Juegos para los argentinos, es momento de poner a Londres 2012 bajo el scanner, más allá de los colores de la medalla y los diplomas.

REPASEMOS...

La figura: Sebastián Crismanich. Si bien había expectativas por su presentación en los Juegos, pocos confiaban en que podía alcanzar el oro olímpico en taekwondo. Desde Londres 1948, la Argentina no conseguía un oro a nivel individual. Gran gesta del correntino, de 25 años.

El orgullo: Las Leonas y la Generación Dorada. Hay que sacarse el sombrero. La medalla de plata habla de la excelencia del equipo femenino de hockey, con Luciana Aymar, inagotable, como estandarte principal. Para el básquet, el cuarto puesto dejó gusto a poco, pero la huella de este equipo a lo largo de los años permanecerá intacta por siempre. El desafío de ambos planteles será continuar el camino en el recambio con las nuevas generaciones.

La vigencia: Calabrese-De la Fuente en la Clase 470. Desde Atlanta 96, es decir por quinto Juego consecutivo, el yachting se sube al podio. Esta vez fueron Calabrese y De la Fuente (bronce en Sydney 2000 junto a Conte), que lograron su objetivo en Weymouth. Agua dulce para nuestro país.


El adelantado: Del Potro. Luchó como un top 3. Lo deseó con la gloria del deportista más amateur. Difícilmente, Delpo se olvide del histórico partido que perdió ante Federer y su sólido juego que le permitió vencer a Djokovic. La bandera argentina flameó en Wimbledon. El tandilense fue bronce.

Las sorpresas: Federico Molinari, en anillas, y Germán Lauro, en lanzamiento de bala. El santafecino se metió en la final y terminó octavo, tras una mala salida en su arriesgada rutina. Igual, su logro no estaba en los planes de nadie. Lo de Lauro también merece unas líneas: rompió el record argentino tres veces en el día, finalizó 6° y se metió en la historia del atletismo argentino. Tanto él como Molinari se llevaron diplomas.

Quedaron muy cerca. Suárez y Rosso, en doble par, hicieron unas semifinales notables. Luego, en la final, terminaron cuartos y se quedaron en la puerta de una medalla. Miguel Correa y Rubén Rézola, en kayak, se colaron en una final, también, inesperadamente. Diplomas para ellos.

La sensación: el voleibol argentino. Hay futuro. Esta generación de chicos tuvo una valiosa carta de presentación en Londres. Cayeron ante el exigente Brasil en cuartos de final, pero no hay nada para reprocharles. El objetivo: trabajar para llegar mejor a Río 2016.


El personaje: Liu Song. El chino nacionalizado argentino perdió en segunda rueda, pero se llevó el cariño de toda la delegación argentina. Fue uno de los más buscados por los propios atletas para sacarse fotos con él. Tras conseguir el oro en Guadalajara estuvo cerca de pelear por una medalla en Londres.

Debut amargo: el Handball. El seleccionado argentino hizo su debut en un Juego Olímpico. Se sabía que la diferencia con los equipos europeos era grande. Sin embargo, la derrota ante Túnez se la reprocharán por mucho tiempo estos chicos. Ese era el partido que podían ganar y lo perdieron. Se quedaron en la fase de grupos.

La decepción: Jennifer Dalghren y Julio Alsogaray. La argentina llegaba con la ilusión de meterse en una final olímpica en lanzamiento de martillo y ni siquiera pudo puntuar: hizo tres lanzamientos nulos y quedó eliminada. Alsogaray, a los 32 años, tuvo una marcha irregular en la clase Laser, fue descalificado por una largada adelantada y no pudo correr la deseada Medal Race.

Bochazo masivo. La natación argentina quedó en los últimos lugares, lejos de los tiempos olímpicos. A saber: Federico Grabich terminó 41 de 43 en los 100m espalda; Georgina Bardach fue última en su serie de los 400 metros medley (4m57s31) -20 segundos más que en Atenas 2004-, al igual que Juan Martín Pereyra en la suya de los 400 metros libre (3m56s76). Cecilia Biagioli terminó 17ª en los 10 kilómetros de aguas abiertas.

Fuente: La Nación

domingo, 12 de agosto de 2012

Good bye London, bem vindo Río



El escenario ya evidenciaba que iba a ser una fiesta de clausura inolvidable. Una Londres bella, caracterizada con sus monumentos más emblemáticos como el London Eye, el Tower Bridge y el Big Ben, que es el encargado de dar el arranque a un juego de luces y música británica impactantes.

Los ingleses eligieron ofrecer un show musical inolvidable para el cierre de los Juegos Olímpicos de Londres que comenzó con Madness y su emblemática Our House y siguió con canciones eternas: Imagine, de John Lennon; Rapsodia Bohemia, de Queen; o Freedom, con George Michael en vivo.

En el escenario (cuatro pasillos cruzados, simbolizando la bandera de Gran Bretaña), aparecieron también Annie Lennox; Liam Gallagher y su nueva banda (Beady Eye, tras la disolución de Oasis), con la que hizo la bellísima Wonderwall; y hasta las cinco Spice Girls (entre ellas Victoria Adams, la mujer del futbolista David Beckham), reunidas para la ocasión.

Entre canciones de The Who y Pink Floyd, el desfile de las modelos británicas más famosas y un show increíble de luces y colores, con la presencia de las delegaciones participantes de los Juegos, cada cual con su bandera.

La bandera argentina fue portada por el taekwondista Sebastián Crismanich, medalla de oro, privilegio que le cedió el basquetbolista Luis Scola, originalmente designado.

Rumbo a Río


El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, fue el encargado de recibir la bandera olímpica, que dentro de cuatro años, el 5 de agosto de 2016, será izada en la ciudad brasileña para marcar el inicio de los primeros Juegos Olímpicos de la historia celebrados en Sudamérica.

Allí, Brasil, como próximo país organizador, tuvo la posibilidad de hacer una presentación de ocho minutos sobre lo que le espera al mundo en cuatro años.

En el espectáculo brasileño pasó un grupo de artistas encabezado por la cantante Marisa Monte y el rapero Bnegao, y se inició con Renato Sorriso, el sonriente barrendero público del sambódromo de Río que se ha convertido en uno de los iconos ineludibles del Carnaval y de la ciudad.

Y, no podía faltar, también estuvo Pelé, el mejor futbolista de la historia de Brasil.

Las fotos de la fiesta



















Fuente: Télam y Clarín
Fotos: London 2012 

Usain Bolt, la estrella que más brilló en los Juegos Olímpicos

Bolt, el testimonio y la mímica de un corazón tras conseguir el oro en la
posta 4x100. (EFE)

En diez días cumplirá 26 años. Y en esa corta vida no para de batir récords. Usain Bolt repitió la hazaña que había conseguido en Beijing 2008, cuando se quedó con los oros en los 100 y 200 metros y en la posta 4x100 con Jamaica. Este 11 de agosto de 2012, en Londres, no sólo logró su tercer título: también quebró el récord mundial de la posta 4x100, al parar el reloj en 36 segundos 84/1000, cuando cruzó la línea de llegada como el último relevo del equipo jamaiquino.

Los flashes, otra vez, se posaron sobre él. Sus compañeros Nesta Carter, Michael Frater y Yohan Blake fueron a buscar su abrazo. El se señaló y se lo dedicó a un Estadio Olímpico repleto y exultante. En Londres y en el mundo entero, Bolt es el rey del atletismo, el hombre más rápido del planeta, el que dentro de la pista es el indiscutido y el mejor.

Con él, Jamaica hace historia en el atletismo. No importó que el sábado Estados Unidos haya igualado el récord mundial que existía hasta hoy (37s04, marcado por el mismo cuarteto jamaiquino en el Mundial de Daegu 2011) porque tuvo que conformarse con el segundo lugar, porque tuvo que ver cómo las cámaras lo seguían a Bolt y a los hombres de verde y amarillo, porque nada es suficiente para vencer al mejor y sólo les queda pensar en qué hubiera pasado si no coexistían en la misma era.

Por el andanivel seis, Jamaica volvió a hacer historia con Bolt, como cuatro años atrás. Esta vez sin el lesionado Asafa Powell pero con la promesa jamaiquina, Yohan Blake, fue Carter el que puso al equipo en la cabeza de la final tras la primera curva y no hubo errores en los siguientes relevos. Para el desenlace, llegó toda la magia de Bolt para dejar atrás al estadounidense Bailey, quien había recibido el testigo casi a la par con él. Dos cuerpos de ventaja hubo entre ellos para decretar un nuevo oro para Jamaica y otro para la dorada vitrina de Usain Bolt.

Usain Bolt, el hombre récord, sigue escribiendo su historia. Una historia que todavía no tiene fin y promete más capítulos en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Fuente: Clarín

El Dream Team retuvo el oro al vencer a España

Foto: Télam

Estados Unidos derrotó a España por 107 a 100 y retuvo la medalla de oro de básquetbol en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que le había ganado al mismo rival en Beijing 2008.

El "Dream Team" se impuso con parciales de 35-27, 59-58, 83-82 y 107-100 en el North Greenwich Arena.

Pero lejos de lo que todos presumían, a partir de cómo llegó uno y otro equipo a este partido, Estados Unidos tuvo que batallar demasiado para quedarse con la victoria.

Es que España siempre "se mantuvo en partido" por una soberbia actuación de Pau Gasol (24 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias), aunque a la vez bien acompañado en el goleo por su hermano Marc (17) y Juan Carlos Navarro (21) y en la lucha bajo el tablero por Serge Ibaka (12 puntos y 9 rebotes).

Pero enfrente estuvo el extraordinario Kevin Durant (30 puntos y 9 rebotes) y sus laderos LeBron James (19 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias) y Kobe Bryant (17).

Así los estadounidenses respondieron al favoritismo, pero un poco sufrieron para llevarse la medalla de oro, ya que resolvieron el partido en los últimos minutos.

España, cuestionado por haber "ido a menos" en la fase de grupos ante Brasil para evitar a su adversario de hoy pero en las semifinales, se alzaron con la de plata y la de bronce quedó en poder de Rusia que venció a Argentina por 81 a 77 en el primer turno.

Fuente: Télam 

La Generación Dorada se quedó sin medalla

Foto: Télam
No hay nada que reprocharse. Dejaron todo, como siempre. Emocionaron, como nunca. Pero el resultado esta vez no los acompañó. En un partido que se definió en los últimos segundos, la Generación Dorada cayó ante Rusia por 81-77 y se quedó afuera del podio olímpico de Londres 2012.






Pero la historia no va a recordad este resultado. Va a recordar a esta Generación, que ya es una leyenda. A fuerza de hazañas, llevaron a la Argentina a la elite del básquetbol mundial y allí la mantuvieron durante 10 años. Qué reprochar. Qué decir. Son grandes.

Rusia encontró el camino a la victoria en Aleksey Shved, el flamante base de Minnesota que aportó 25 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes. El inoxidable Andrey Kirilenko, por su parte, se despachó con 20 tantos y 7 rebotes. Además, la altura rusa intimidó, por momentos, a los argentinos y supo bloquear su arma ofensiva más peligrosa: Luis Scola.

En el equipo de Julio Lamas volvió a destacarse, como en todo el torneo, Manu Ginóbili. El escolta de San Antonio Spurs anotó 21 puntos, dio 3 asistencias y bajó 3 rebotes. También tuvieron una destacada actuación Chapu Nocioni (16) y Carlos Delfino (15). Luifa, lejos de su promedio, marcó 11 puntos, pero tomó 6 rebotes. La Argentina sintió la falta de un pivot de jerarquía, para que Scola pueda moverse en la zona que mejor le queda.

El partido no tuvo altibajos. Se jugó de igual a igual y con un alto grado de tensión y de nerviosismo. Rusia logró la máxima ventaja de 13 puntos en el tercer cuarto, pero el equipo argentino volvió a acercase y obligó a un final cerrado, para el infarto. En los últimos segundo, Chapu falló un triple clave y los árbitros obviaron una clara falta a Pablo Prigioni, para que los rusos sean los últimos en colarse en el podio olímpico, junto con los Estados Unidos y España.

Luego del encuentro, Julio Lamas, pensando en el futuro de Manu Ginóbili, le dedicó un emotivo homenaje: “Es una decisión que él sólo puede tomar, para mí no hay que pedirle nada, hay que agradecerle todo lo que ya dio. Estamos hablando de un jugador para enamorarse y que estuvo 14 años jugando en la Selección argentina y yo sé todo lo que él hace en los entrenamientos, en los partidos, en el vestuario, en la vida íntima y me parece que él merece que lo dejemos decidir en tranquilidad. Si este fue el último, hay que darle las gracias por todo y si quiere jugar le guardamos la 5 y ya está, no hay mucho más para decir”.

El futuro del seleccionado argentino es incierto. Quiénes seguirán. Quiénes dirán adiós. Son preguntas aún sin respuestas. El tercer podio olímpico consecutivo se escapó al final. No hay nada que reprocharse. Son leyenda, para la eternidad.

Síntesis

(77) Argentina: Pablo Prigioni 3, Emanuel Ginóbili 21, Carlos Delfino 15, Andrés Nocioni 16, Luis Scola 11 (FI) Hernán Jasen 0, Juan Gutiérrez 2, Leonardo Gutiérrez 6, Facundo Campazzo 3. Dt: Julio Lamas.
(81) Rusia: Alexey Shved 25, Sasha Kaun 6, Victor Khryapa 9, Anton Ponkrashov 0, Andrei Kirilenko 20 (FI) Vitaliy Fridzon 19, Sergey Monya 2, Timofey Mozgov 0. Dt: David Blatt.

Parciales: Argentina 20-19, 38-40, 57-61 y 77-81
Arbitros: Arteaga (España)-Carrión (Puerto Rico)-Kennedy (EE. UU.)
Estadio: North Greenwich Arena.

Fuente: La Nación

sábado, 11 de agosto de 2012

Maldición olímpica: Brasil perdió la medalla de oro

Neymar no lo puede creer. (Olé)

Brasil, el gran favorito, que buscaba la medalla de oro por primera vez en su historia, perdió con México 2-1 la final de fútbol de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, disputada en Wembley.

El delantero Oribe Peralta lo sorprendió con un tanto a los 30 segundos de juego y amplió la ventaja a los 30 minutos del segundo tiempo. Hulk, en el descuento, recortó la distancia para los pentacampeones mundiales.

La alegría es mexicana. (London 2012)
Treinta segundos necesitaron los mexicanos para descubrir que la defensa de Brasil jugaría mal todo el partido. Rafael y un enganche insólito; Un pase peor, la dormida de Thiago Silva y el gol de Peralta que, obviamente, cambiaba todo el esquema del partido.

Pero Brasil no fue decidido. Las fantasías de Neymar fueron tan aisladas que no sirvieron para inquietar a nadie. En el segundo tiempo los planteos no cambiaron. La necesidad brasileña le dio huecos a la contra mexicana que mucho antes de conseguir su segundo gol, ya había metido hasta una pelota en el travesaño.

La reacción brasileña fue muy tardía y el empate que se perdió Oscar, tras el descuento de Hulk, en la última jugada mostró que nunca estuvieron metidos en el partido. El oro les quedó lejos.

Ahora, Neymar y compañía deberán buscar su revancha en Río de Janeiro 2016.

Formaciones:

Brasil: Gabriel; Rafael, Thiago Silva, Juan, Marcelo; Sandro, Romulo, Alex Sandro, Oscar; Neymar y Leandro Damiao.
México: Corona; Jiménez, Mier, Reyes, Chávez; Enríquez, Herrera, Salcido, Aquino; Fabián y Peralta

Fuente: Télam y Olé

K2 200: Correa y Rézola terminaron quintos en la final

Foto: Télam
La pareja argentina Miguel Correa y Rubén Rézola finalizó en el quinto puesto de la final de la prueba K2 200 metros de canotaje, celebrada en la subsede de Eton Dorney, en la penúltima jornada de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.




Los argentinos, ganadores de un diploma, marcaron un tiempo 35 segundos y 271/1000, a milésimas del bote británico (34s.421/1000), que ocupó el escalón más bajo del podio.

Luego de la competencia, Miguel Correa, quien también había competido en Beijing 2008, subrayó que: "Estuvimos cerca de la medalla y me queda esa espina, aunque igual estoy satisfecho con todo lo que hicimos en los Juegos".

El rionegrino de 28 años resaltó el esfuerzo realizado junto a su compañero Rubén Rézola en las series clasificatorias y en la final, en la que arribaron quintos delante de tres embarcaciones poderosas como las de Australia, Canadá y Alemania.

"Estamos muy contentos y satisfechos por el resultado y por haber dejado todo, que es lo que buscábamos y lo más importante. Se trató de la primera vez que un bote de equipo argentino se mete en una final olímpica y lo que se logró refleja el trabajo que se viene haciendo en nuestro deporte a lo largo de estos años", analizó Correa.

El rionegrino se refirió -por último- a su futura participación en los Juegos de Río 2016, a los que llegará con una invalorable experiencia acumulada en Beijing y Londres.

"Este bote tiene mucho futuro, puede seguir creciendo y mantenerse entre los mejores del mundo. Mi intención es mejorar, es prematuro aún para hablar de Río", expresó Correa.

Fuente: Télam

viernes, 10 de agosto de 2012

Oro en taekwondo: Crismanich hizo historia en Londres

Momento soñado.

En una jornada de súper acción para los argentinos en Londres 2012, Sebastián Eduardo Crismanich fue el gran héroe y dejó su nombre marcado a fuego en la historia de nuestro deporte al consagrarse campeón olímpico en la categoría hasta 80 kilogramos.




Con una victoria agónica ante el español Nicolás García Hemme por 1-0, el taekwondista correntino, de 25 años, consiguió la primera medalla dorada para la delegación argentina y además la primera presea olímpica para el taekwondo argentino.


"El objetivo principal era vencerme a mí mismo, que era el rival principal que tenía que superar para conseguir el gran objetivo", expresó Crismanich, que tuvo un desenlace angustiante en los diez segundos finales con una lesión y un pedido de videoref por parte del entrenador español.




Emoción, eso se vio en el rostro de Crismanich, apenas concluida la pelea. Era oro, el primero en Londres, el primero logrado por la Argentina en un deporte individual desde 1948, cuando, también en Londres, Delfo Cabrera se impuso en la Maratón. Para llegar el oro, Sebastián ganó sus cuatro peleas y se hizo grande, muy grande en Londres.

Un debut auspicioso. La presentación ante el neozelandés Vaughn Scott resultó muy dura. Con los nervios del debut, tanto el correntino como el neozelandés se mostraron inquietos desde la campana inicial. Sin embargo, Crismanich hizo una pelea más inteligente y atacó en los momentos más oportunos. El golpe de puño, de poco uso en el taekwondo moderno, fue el arma secreta del correntino para contrarrestar la ofensiva de Scott. El marcador arrojó un 9-5 a favor del argentino, que se metía entre los mejores ocho. "Por el temperamento del rival, decidimos no ir al ataque, sino pelear fuerte y evitar tener mucha movilidad", explicó Sebastián.

Los cuartos, por goleada. El segundo combate, por lo que significaba (el pase a las semis), se acobijó en la tensión. El afgano Nesar Ahmad Bahawi, que venía de eliminar al segundo preclasificado, obligó al correntino a probar el territorio. Con pocos ataque de ambos en el primer tercio, Crismanich encontró un luz de ventaja sobre el cierre para irse al descanso con la seguridad del deber cumplico. En el segundo, el correntino metió un parcial de 5-1 y liquidó la serie. Los últimos minutos le sirvieron para sellar el 9-1 final.

La pelea rumbo a la medalla. Crisma lo había avisado, al armenio Arman Yeremyan había que atacarlo de contra. Y esa fue la estrategia del argentino, que se afirmó en el tatami a la espera del ataque rival. Sin embargo, se encontró con los dos puntos de la victoria en una acción de choque. Como en la primera pelea, volvió a sumar con el puño, un golpe que ya le dio mucho rédito al correntino en los Juegos. Sobre el final, Yeremyan descontó y se puso el marcador 2-1, pero finalmente no logró vulnerar la defensa argentina.

Día glorioso









Fuente: La Nación

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