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lunes, 13 de agosto de 2012

La actuación argentina en Londres 2012

Crismanich aportó el oro para la delegación nacional. (Télam)

Los Juegos Olímpicos ya forman parte del archivo. Se cerraron dos semanas de festejos, lágrimas, sorpresas y frustraciones. Confeccionar un balance atado al medallero sería un error. La Argentina, que tuvo una actuación acorde a sus posibilidades, se marcha de Londres con 4 medallas: uno oro (Crismanich, en taekwondo), una plata (Las Leonas), dos bronces (De la Fuente y Calabresse, en Yachting, y Del Potro, tenis) y diez diplomas olímpicos.

Pero, más allá de los fríos números que arrojan estos Juegos para los argentinos, es momento de poner a Londres 2012 bajo el scanner, más allá de los colores de la medalla y los diplomas.

REPASEMOS...

La figura: Sebastián Crismanich. Si bien había expectativas por su presentación en los Juegos, pocos confiaban en que podía alcanzar el oro olímpico en taekwondo. Desde Londres 1948, la Argentina no conseguía un oro a nivel individual. Gran gesta del correntino, de 25 años.

El orgullo: Las Leonas y la Generación Dorada. Hay que sacarse el sombrero. La medalla de plata habla de la excelencia del equipo femenino de hockey, con Luciana Aymar, inagotable, como estandarte principal. Para el básquet, el cuarto puesto dejó gusto a poco, pero la huella de este equipo a lo largo de los años permanecerá intacta por siempre. El desafío de ambos planteles será continuar el camino en el recambio con las nuevas generaciones.

La vigencia: Calabrese-De la Fuente en la Clase 470. Desde Atlanta 96, es decir por quinto Juego consecutivo, el yachting se sube al podio. Esta vez fueron Calabrese y De la Fuente (bronce en Sydney 2000 junto a Conte), que lograron su objetivo en Weymouth. Agua dulce para nuestro país.


El adelantado: Del Potro. Luchó como un top 3. Lo deseó con la gloria del deportista más amateur. Difícilmente, Delpo se olvide del histórico partido que perdió ante Federer y su sólido juego que le permitió vencer a Djokovic. La bandera argentina flameó en Wimbledon. El tandilense fue bronce.

Las sorpresas: Federico Molinari, en anillas, y Germán Lauro, en lanzamiento de bala. El santafecino se metió en la final y terminó octavo, tras una mala salida en su arriesgada rutina. Igual, su logro no estaba en los planes de nadie. Lo de Lauro también merece unas líneas: rompió el record argentino tres veces en el día, finalizó 6° y se metió en la historia del atletismo argentino. Tanto él como Molinari se llevaron diplomas.

Quedaron muy cerca. Suárez y Rosso, en doble par, hicieron unas semifinales notables. Luego, en la final, terminaron cuartos y se quedaron en la puerta de una medalla. Miguel Correa y Rubén Rézola, en kayak, se colaron en una final, también, inesperadamente. Diplomas para ellos.

La sensación: el voleibol argentino. Hay futuro. Esta generación de chicos tuvo una valiosa carta de presentación en Londres. Cayeron ante el exigente Brasil en cuartos de final, pero no hay nada para reprocharles. El objetivo: trabajar para llegar mejor a Río 2016.


El personaje: Liu Song. El chino nacionalizado argentino perdió en segunda rueda, pero se llevó el cariño de toda la delegación argentina. Fue uno de los más buscados por los propios atletas para sacarse fotos con él. Tras conseguir el oro en Guadalajara estuvo cerca de pelear por una medalla en Londres.

Debut amargo: el Handball. El seleccionado argentino hizo su debut en un Juego Olímpico. Se sabía que la diferencia con los equipos europeos era grande. Sin embargo, la derrota ante Túnez se la reprocharán por mucho tiempo estos chicos. Ese era el partido que podían ganar y lo perdieron. Se quedaron en la fase de grupos.

La decepción: Jennifer Dalghren y Julio Alsogaray. La argentina llegaba con la ilusión de meterse en una final olímpica en lanzamiento de martillo y ni siquiera pudo puntuar: hizo tres lanzamientos nulos y quedó eliminada. Alsogaray, a los 32 años, tuvo una marcha irregular en la clase Laser, fue descalificado por una largada adelantada y no pudo correr la deseada Medal Race.

Bochazo masivo. La natación argentina quedó en los últimos lugares, lejos de los tiempos olímpicos. A saber: Federico Grabich terminó 41 de 43 en los 100m espalda; Georgina Bardach fue última en su serie de los 400 metros medley (4m57s31) -20 segundos más que en Atenas 2004-, al igual que Juan Martín Pereyra en la suya de los 400 metros libre (3m56s76). Cecilia Biagioli terminó 17ª en los 10 kilómetros de aguas abiertas.

Fuente: La Nación

viernes, 10 de agosto de 2012

Oro en taekwondo: Crismanich hizo historia en Londres

Momento soñado.

En una jornada de súper acción para los argentinos en Londres 2012, Sebastián Eduardo Crismanich fue el gran héroe y dejó su nombre marcado a fuego en la historia de nuestro deporte al consagrarse campeón olímpico en la categoría hasta 80 kilogramos.




Con una victoria agónica ante el español Nicolás García Hemme por 1-0, el taekwondista correntino, de 25 años, consiguió la primera medalla dorada para la delegación argentina y además la primera presea olímpica para el taekwondo argentino.


"El objetivo principal era vencerme a mí mismo, que era el rival principal que tenía que superar para conseguir el gran objetivo", expresó Crismanich, que tuvo un desenlace angustiante en los diez segundos finales con una lesión y un pedido de videoref por parte del entrenador español.




Emoción, eso se vio en el rostro de Crismanich, apenas concluida la pelea. Era oro, el primero en Londres, el primero logrado por la Argentina en un deporte individual desde 1948, cuando, también en Londres, Delfo Cabrera se impuso en la Maratón. Para llegar el oro, Sebastián ganó sus cuatro peleas y se hizo grande, muy grande en Londres.

Un debut auspicioso. La presentación ante el neozelandés Vaughn Scott resultó muy dura. Con los nervios del debut, tanto el correntino como el neozelandés se mostraron inquietos desde la campana inicial. Sin embargo, Crismanich hizo una pelea más inteligente y atacó en los momentos más oportunos. El golpe de puño, de poco uso en el taekwondo moderno, fue el arma secreta del correntino para contrarrestar la ofensiva de Scott. El marcador arrojó un 9-5 a favor del argentino, que se metía entre los mejores ocho. "Por el temperamento del rival, decidimos no ir al ataque, sino pelear fuerte y evitar tener mucha movilidad", explicó Sebastián.

Los cuartos, por goleada. El segundo combate, por lo que significaba (el pase a las semis), se acobijó en la tensión. El afgano Nesar Ahmad Bahawi, que venía de eliminar al segundo preclasificado, obligó al correntino a probar el territorio. Con pocos ataque de ambos en el primer tercio, Crismanich encontró un luz de ventaja sobre el cierre para irse al descanso con la seguridad del deber cumplico. En el segundo, el correntino metió un parcial de 5-1 y liquidó la serie. Los últimos minutos le sirvieron para sellar el 9-1 final.

La pelea rumbo a la medalla. Crisma lo había avisado, al armenio Arman Yeremyan había que atacarlo de contra. Y esa fue la estrategia del argentino, que se afirmó en el tatami a la espera del ataque rival. Sin embargo, se encontró con los dos puntos de la victoria en una acción de choque. Como en la primera pelea, volvió a sumar con el puño, un golpe que ya le dio mucho rédito al correntino en los Juegos. Sobre el final, Yeremyan descontó y se puso el marcador 2-1, pero finalmente no logró vulnerar la defensa argentina.

Día glorioso









Fuente: La Nación

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