Momento soñado. |
En una jornada de súper acción para los argentinos en Londres 2012, Sebastián Eduardo Crismanich fue el gran héroe y dejó su nombre marcado a fuego en la historia de nuestro deporte al consagrarse campeón olímpico en la categoría hasta
Con una victoria agónica ante el español Nicolás García Hemme por 1-0, el taekwondista correntino, de 25 años, consiguió la primera medalla dorada para la delegación argentina y además la primera presea olímpica para el taekwondo argentino.
"El objetivo principal era vencerme a mí mismo, que era
el rival principal que tenía que superar para conseguir el gran objetivo",
expresó Crismanich, que tuvo un desenlace angustiante en los diez segundos
finales con una lesión y un pedido de videoref por parte del entrenador
español.
Emoción, eso se vio en el rostro de Crismanich, apenas concluida la pelea. Era oro, el primero en Londres, el primero logrado por
Un debut auspicioso. La presentación ante el neozelandés
Vaughn Scott resultó muy dura. Con los nervios del debut, tanto el correntino
como el neozelandés se mostraron inquietos desde la campana inicial. Sin
embargo, Crismanich hizo una pelea más inteligente y atacó en los momentos más
oportunos. El golpe de puño, de poco uso en el taekwondo moderno, fue el arma
secreta del correntino para contrarrestar la ofensiva de Scott. El marcador
arrojó un 9-5 a
favor del argentino, que se metía entre los mejores ocho. "Por el
temperamento del rival, decidimos no ir al ataque, sino pelear fuerte y evitar
tener mucha movilidad", explicó Sebastián.
Los cuartos, por goleada. El segundo combate, por lo que
significaba (el pase a las semis), se acobijó en la tensión. El afgano Nesar
Ahmad Bahawi, que venía de eliminar al segundo preclasificado, obligó al
correntino a probar el territorio. Con pocos ataque de ambos en el primer
tercio, Crismanich encontró un luz de ventaja sobre el cierre para irse al
descanso con la seguridad del deber cumplico. En el segundo, el correntino
metió un parcial de 5-1 y liquidó la serie. Los últimos minutos le sirvieron
para sellar el 9-1 final.
La pelea rumbo a la medalla. Crisma lo había avisado, al
armenio Arman Yeremyan había que atacarlo de contra. Y esa fue la estrategia
del argentino, que se afirmó en el tatami a la espera del ataque rival. Sin
embargo, se encontró con los dos puntos de la victoria en una acción de choque.
Como en la primera pelea, volvió a sumar con el puño, un golpe que ya le dio
mucho rédito al correntino en los Juegos. Sobre el final, Yeremyan descontó y
se puso el marcador 2-1, pero finalmente no logró vulnerar la defensa
argentina.
Día glorioso
Día glorioso