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Pineda participa en charlas dirigidas a empresarios
para fomentar la contratación de personas con discapacidad. |
Pablo Pineda es una cara famosa en España. No sólo por ser
la primera persona con síndrome de Down que obtiene un título universitario en
Europa, sino por su papel protagonista en la película "Yo También",
que narra la historia de un trabajador social Down que se enamora de su
compañera de trabajo.
A sus 37 años, ya es licenciado en magisterio y le quedan
cuatro asignaturas para sacarse una segunda titulación en Pedagogía. ¿Su
próximo proyecto? Hacerse de un carnet de conducir.
"Quiero sacármelo porque nunca se ha visto a un
síndrome de Down conduciendo. Sería un reto muy importante y es algo más para
independizarme", dijo en una entrevista a BBC Mundo.
Pablo es uno de los rostros visibles de una generación de
jóvenes Down que vienen rompiendo esquemas sobre cuán lejos pueden llegar
académica, personal y profesionalmente las personas que tienen este síndrome de
origen genético que conlleva un grado de desarrollo físico e intelectual distinto
a la media.
Ejemplos son el de la estadounidense Karen Gaffney también
diplomada en magisterio, y quien es la primera persona Down en cruzar a nado
los más de 14 km
de largo del lago Tahoe en Estados Unidos, o la joven japonesa Aya Iwamoto
graduada en Literatura Inglesa.
Según Pineda, no existen personas discapacitadas sino
personas con "capacidades distintas", por lo que la sociedad debe
evolucionar hacia una sociedad "más plural", donde las personas con
síndrome de Down no sean tratadas como niños y donde se fomenten sus
capacidades e independencia desde temprana edad.
¿Cómo se siente el ser la primera persona Down que logra
completar una carrera universitaria en Europa?
Yo creo que estoy en el frente de guerra, es un
inconveniente. Hay que luchar, meterse en la sociedad cuando el mundo Down
normalmente va por otro cauce. Yo me quedo metido entre los normales mientras
los Down tienen sus asociaciones, sus padres, su pequeño micromundo.
No es que me sienta aislado, sino que es muy difícil luchar
en una sociedad normalizada, tener una identidad Down cuando el mundo Down
funciona de forma paralela.
¿En qué sentido notas esa división?
Por ejemplo, voy a un bar a tomarme algo (ahora me ocurre
menos), pero antes me decían "¿este niño va solo?" O personas mayores
que van por la calle me toman el brazo y me ayudan a cruzar la calle. O ir a
votar a las elecciones y que te pregunten ¿el niño vota? O ir a un restaurante
con tus padres y que te den agua en lugar de vino.
En otra ocasión fui a la playa y una pareja de guardias
civiles vinieron a preguntarme si estaba bien. "Sí, perfectamente".
Son anécdotas curiosas pero como ves la gente tiene prejuicios.
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Pineda fue galardonado con una Concha de Plata al
mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián en 2009. |
¿Cómo conseguiste graduarte en la Universidad?
Eso fue gracias a que hace muchos años mis padres, pieza fundamental
en estos temas, decidieron que fuera como el resto de mis hermanos. Ahí empezó
todo, fui a las mismas escuelas. No esperaban que llegara a la universidad pero
lo hicieron todo para que estuviera en contacto con la gente.
Yo al principio no me daba cuenta, la que luchó fue mi madre
que fue al colegio, que habló con el director. Para entrar en el instituto los
profesores tuvieron que hacer una votación que gané, pero luego lo difícil era
ir a clase y enfrentarme a los profesores que dijeron que no, pero me los
terminé ganando.
¿Cuál fue tu metodología de estudio?
Te va a sorprender. Yo siempre estudio en voz alta, se me
quedan mejor las cosas. Lo leo, lo comento conmigo mismo y con la gente que
está alrededor y así entiendo. Subrayo, hago esquemas, resúmenes. No es un
sistema memorístico, ya que un tema de una carrera no es fácil de memorizar si
no la entiendes. Lo comprendía, lo explicaba y lo mascaba bien.
Hablando con la Asociación Síndrome
de Down de Reino Unido me comentaban que tu caso es inusual y excepcional.
Me fastidia y mucho que digan esto, porque lo hacen como una
especie de justificación, para no seguir avanzando, no seguir intentando más
por esas personas. Yo creo que no es verdad. Siempre digo a los padres que no
vean que yo he hecho una carrera o una película. Eso no es importante, lo
importante es que se puede, que tus padres tienen que enseñarte y estimularte.
A partir de ahí pueden hacer lo que quieran.
¿Qué consejos les darías a los padres?
No soy quien para dar consejos, porque en este mundo, y en
el mundo del síndrome de Down, cada uno es diferente. Lo que sí diría que lo
primero es confiar en sus posibilidades. A partir de ahí enseñarle cuanto sea,
estimularle al máximo sin ponerle límites a priori desde muy temprana edad.
A tu parecer, ¿qué capacidades deberían aprovecharse más de
las personas Down?
A través de la fundación Adecco tratamos de hacer que los
empresarios cambien el chip y esas ideas preconcebidas. Intentamos que las
personas vean la discapacidad como una oportunidad.
Yo siempre les digo a los empresarios que las personas con
discapacidad pueden hacer muchas cosas. Tenemos mucho talento cuando es
explotado. Podemos mejorar a las empresas con nuestra puntualidad, nuestro
espíritu cumplidor. Hay que aprovechar ese talento no tirarlo a la basura.
¿Y qué me dices del sistema educativo? ¿En qué sentido tiene
que cambiar?
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Pineda en una ponencia ante la Comisión Europea
en 2011 durante el Día Mundial de las personas con discapacidad. |
Si te lo dijera la entrevista se alargaría de forma brutal.
El sistema tiene que cambiarlo todo. Ser un sistema más rico, más plural,
diverso, una sociedad con mejores valores en la que la diferencia sea vista
como un valor y no como un problema o defecto. Hay tantas cosas por cambiar.
Nos prefieren tener sustentados, separados en asociaciones para no cambiar.
¿Has logrado ser independiente? ¿Cuáles son tus proyectos?
Vivo con mi madre. Mi padre murió recientemente y estamos
los dos solos. La verdad es que vivir con los padres tiene muchas ventajas, se
vive muy bien. La comodidad de la casa, la ausencia de responsabilidades, todo
eso te hace vivir muy cómodo, aunque a veces te planteas el momento de
independizarte.
Pero también el precio de la vivienda es un inconveniente,
la crisis económica no ayuda y te quedas en casa. Aunque te planteas poder
aportar algo a tus padres igual que ellos te han dado a ti. Por ejemplo, ahora
que se murió mi padre tengo que ayudar muchísimo a mi madre.
Soy el único que queda en casa porque todos mis hermanos se
han casado y tienen hijos, y cuando me independice mi madre se va a quedar muy
sola. Los dos vivimos juntos y nos admiramos mutuamente.
Fuente: BBC