No hay receta para el éxito olímpico en materia de alimentación. |
Y es que cada cuerpo atlético, alto o bajo, robusto o
frágil, es una "máquina" que requiere de combustible específico para
obtener el más alto rendimiento.
La repercusión de la dieta sobre el desempeño deportivo lo
descubrieron los atletas originales, allá en el siglo VI A.C. Según
investigaciones históricas, las hazañas de algunos atletas que consumían muchas
proteínas dio inicio a una fiebre de carne entre quienes buscaban la gloria en
Olimpia.
"No hay una fórmula para todos los deportes", dice Álvaro García-Romero Pérez, profesor de la facultad de
Ciencias de la Salud
de la universidad Europea de Madrid y experto en nutrición deportiva.
"No debería ser algo demasiado pensando, ni para
deportistas ni para no deportistas. La alimentación debería ser parte de una
filosofía de vida y se logra a través de la educación alimentaria", añade
Marcia Onzari, jefe de la cátedra de Nutrición de la Universidad de Buenos
Aires, en Argentina.
La realidad es que, para algunos, "entrenar" el
estómago puede ser casi tan duro como convertirse en el más rápido, el que
llega más alto o el más fuerte.
Los que comen mucho
Se volvió leyenda la especie según la cual el nadador
estadounidense Michael Phelps, ganador de 16 medallas olímpicas, mantenía una
pantagruélica dieta de 12.000 calorías al día (casi cinco veces el promedio
recomendado para un hombre adulto).
Se dice que Phelps consume 12.000 calorías al día,
pero algunos creen que se trata de una exageración. |
El mismo Phelps lo ha desmentido, y el profesor
García-Romero cree que es una exageración. Pero algunos deportes, que Onzari
agrupa bajo la categoría de "larga duración o resistencia" sí
requieren de cantidades considerablemente superiores de alimentos que el ser
humano promedio.
"Esto incluye el maratón, el triatlón, el remo, la
natación en aguas abiertas, el ciclismo. Se caracterizan por una demanda de
energía muy aumentada. Los deportistas tienen que consumir suficientes hidratos
de carbono para tener mucha energía cuando están entrenando o compitiendo,
junto con la hidratación", señala Onzari.
Los alimentos fuente de hidratos de carbono incluyen los
cereales, la avena, la cebada, el trigo, el maíz, las harinas, las legumbres y
ciertas frutas y verduras, como la papa o el choclo.
Aunque según el profesor de la universidad Europea de
Madrid, la clave está en "la alimentación sostenida durante los largos
períodos que supone el entrenamiento", las experiencias varían de un
atleta a otro.
En un artículo reciente en la prensa local, la nadadora de
aguas abiertas Keri-Ann Payne atribuía a una estrategia de alimentación
equivocada el haber perdido el campeonato mundial en 2007.
"En mi disciplina lo que hace la diferencia es lo que
comes dos días antes de la competencia. Tienes que llenarte de carbohidratos,
cosa que no hice. Comerse una montaña de arroz o pasta no es tan divertido como
suena", dijo.
Los que comen poco
En el otro extremo están los "deportes de categoría de
peso", como el boxeo y las artes marciales, y los "deportes
estéticos", como la gimnasia o el nado sincronizado.
El control de peso es fundamental en cada una de estas disciplinas,
y puede poner al atleta bajo una fuerte presión frente al tema de la comida.
"Todas las pautas de alimentación saludables son
adecuadas, pero tienen una tendencia a los trastornos alimentarios, tienen
predisposición a las carencias nutricionales", dice Onzari.
La dieta de Wang Junxia incluye gusanos y sopa de tortuga. |
La taekwondista turca Nur Takar, por ejemplo, sigue una
dieta de 1500 calorías al día, unas 500 por debajo de lo recomendado para una
mujer promedio.
Por contraste, la atleta surcoreana Son Yeon-Jae, de la
especialidad de gimnasia rítmica, causó cierta polémica cuando habló
públicamente de su estricto régimen alimenticio, por el cual come "como un
pajarito: sólo desayuno y almuerzo, y en cantidades limitadas".
"La vida es dura estos días", dijo en una
entrevista en mayo pasado.
Para García-Romero, éticamente no es correcto someter a
ningún atleta a este tipo de dieta.
"No se debe. Por encima del atleta está la persona. En
el mundo del deporte nos fijamos a veces sólo en la época deportiva, y
tendríamos que pensar en lo que pasa con esas personas después", opina.
Los que comen alimentos específicos
Aquí se ubican los deportistas de fuerza, como los
levantadores de pesas o los lanzadores de martillo. "Estos requieren un
aumento en la cantidad de energía en su alimentación para lograr aumento de
masa muscular, lo cual requiere proteínas, creatina, suplementos ganadores de
peso", explica Onzari.
Según García-Romero, esto tampoco es recomendable. "Si
a una persona le estas dando proteínas por mucho tiempo, es posible que tenga
problemas renales y hepáticos", dice.
Otra historia es la de los atletas que evitan o se
concentran en ciertos alimentos, porque los consideran clave para su éxito. O
por simple gusto.
Un caso célebre es el de la maratonista china Wang Junxia,
cuya dieta incluye gusanos, hongos de oruga y sopa de tortuga.
El basquetbolista canadiense Steve Nash es gran fanático de
las nueces y las semillas.
Otros, como el maratonista estadounidense Michael Arnstein,
abogan por una dieta ya no vegetariana, sino estrictamente frutal. "Hay
muchos beneficios, tanto para la persona que la sigue como para el planeta en
que vivimos", escribe su blog.
Los que comen lo que quieren
Mientras algunos atletas siguen estrictos regímenes
alimenticios, algunos aseguran que comen lo que quieren.
Ennis asegura que la dieta de los atletas es normal. |
El corredor estadounidense Tyson Gay forma parte del primer
grupo. Según declaraciones recientes, su nutricionista se asegura de que
consuma 230 gramos
de proteínas, 308 gramos
de carbohidratos y 70
gramos de grasas diariamente.
En el otro extremo, el nadador del mismo país Ryan Lochte no
parece creer en nutricionistas.
"La nutrición es la última cosa de la que me preocupo.
Come lo que sabe bien. He estado comiendo McDonald´s para cada comida desde que
llegué aquí. Y creo que me ha ayudado", dijo durante los Juegos Olímpicos
de Pekín de 2008.
Un poco menos radical es la heptatlonista británica Jessica
Ennis. "Todo el mundo me dice que debo estar sometida a una estricta
dieta, pero ése no es el caso. Como ensaladas y vegetales, pero también
chocolates. Los atletas comen comida normal", señaló recientemente.
Así que no hay una sola receta para el éxito olímpico. Según
algunos especialistas, el sentido común tendría que ser la pauta, de cara a
conservar la salud en el largo plazo.
Aunque para el profesor Álvaro García-Romero, los extremos
se comprenden en el texto: "yo entiendo que un deportista que entrena de
una cierta manera, va a tener una repercusión económica, a lo mejor va a
trabajar un número limitado de años y a vivir después de la renta; igual eso sí
que es sano", dice.