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viernes, 24 de agosto de 2012

¿Cómo será la televisión dentro de 80 años?

Durante la última Feria de Tecnología de las Vegas se perfiló lo que será
la televisión inteligente del futuro.

Futurólogos digitales como el británico Ian Pearson dicen que la televisión de finales del siglo XXI ni siquiera formará parte del mobiliario, sino que será un objeto minúsculo, portátil, flexible e incorporará funciones que hoy tienen nuestras computadoras.

"Habrá lentes de contacto con las que las imágenes de televisión se recibirán directamente en la retina. Como la imagen llegará a distintos ojos, podrá verse en tres dimensiones, incorporando las imágenes al mundo real", dijo Pearson.

Firmas como la consultora británica de tendencias y estrategia de marca The Future Laboratory van más allá y afirman que el uso de lentes de contacto irá acompañado de tatuajes que nos permitirán "sentir" lo que sienten los actores o protagonistas de los programas.

Por muy disparatadas que parezcan estas teorías lo cierto es que las pistas que nos da hoy la tecnología apuntan a la inmersión, integración de dispositivos y a una televisión donde prime el elemento social.

Proyección periférica

La televisión podrá verse desde una gran variedad
de dispositivos interconectados.
No todas las teorías son tan aventuradas, algunos siguen concibiendo al televisor del futuro como un elemento físico presente en el hogar.

A mediados de año, un artículo de la revista New Scientist hacía hincapié en que la televisión del futuro sería como un "empapelado"; una capa flexible (no necesariamente cuadrada) integrada en las superficies de nuestro hogar con la que podremos tener una experiencia verdaderamente inmersiva y acceder a programas, películas, páginas de Internet o a redes sociales.

Más allá de cual será el soporte del futuro, lo que sí parece seguro es que el matrimonio entre el televisor e Internet es irreversible, para dar paso a un mundo de televisión social, donde la oferta de programas sea tan amplia que nuestras elecciones se rijan por lo que vean nuestros familiares y amigos.

Según explicó el futurólogo digital Mike Ryan, "en los próximos 80 años veremos el colapso de los canales y el advenimiento de la televisión personalizada. La televisión será social".

"Imaginemos Facebook, todos nuestros amigos viendo la televisión juntos cuando decidan hacerlo. Tú eliges el momento y la gente con la que quieres ver el televisor."

Las pantallas "serán más grandes, más planas, las veremos en paredes e incluso suelos", apuntó. "Habrá una conexión entre todos nuestros aparatos: televisor, teléfono celular, tableta. Estaremos en control de qué medio queremos ver".

Por su parte, Dawn Airey, exdirectora ejecutiva de Channel Five, en Reino Unido, no descartó que la televisión del futuro integrará proyecciones holográficas.

Fuente: BBC 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Londres 2012: Los medios digitales destronaron a la televisión tradicional

Todos quieren la foto de Usain Bolt para compartirla en las redes sociales.

Las redes sociales son para los atletas la puerta al exterior que tienen en estas dos semanas. Basta caminar unos minutos por la Villa Olímpica para darse cuenta que todos llevan sus dispositivos móviles consigo, amigos inseparables, incluso hasta en el comedor. Esta tendencia, claro, no les corresponde únicamente a los deportistas, ni a los ingleses, ni a los periodistas que aquí trabajan.

Como en ningún otro acontecimiento deportivo, la "vedette" en estos Juegos ha sido Twitter. La red social cambió la manera de comunicarse e, incluso, le hizo frente al monstruo gigante que es la industria de la pantalla chica. Por primera vez en la historia, la audiencia más grande se encuentra en Internet y teléfonos celulares y no en la televisión, afirmó hoy el Comité Olímpico Internacional. Timo Lumme, encargado de la comercialización televisiva del COI, sentenció: "Estos Juegos de Londres son los primeros en que la retransmisión digital supera a la tradicional por televisión".

Analicemos los números: según la estimación oficial, Londres terminará el 12 de agosto con 4800 millones de telespectadores. Se alcanzarán 100.000 horas de programación, cifra elevada si se tiene en cuenta las 61.000 de los Juegos de Pekín 2008.

Para Lumme, el mundo virtual alimentó la expansión del evento deportivo: "Redes sociales como por ejemplo Twitter hicieron que más personas se interesaran por los Juegos y se conectaran a la televisión o a otros medios". Aun así, la cobertura digital destronó a la televisión, suceso que Lumme calificó como "un hito". Hay un antes y un después de estos Juegos: "Creo que Londres 2012 abre una nueva era en la transmisión televisiva de los Juegos", afirmó.

La ceremonia de inauguración tuvo 27 millones de espectadores en el Reino Unido y, en simultáneo, casi 10 millones de tuits escritos en ese lapso. Este escalofriante número no contempla los cibernautas que se nutrieron de información a través de Facebook o Youtube, por ejemplo.

Entrar en el mundo de Twitter es atenerse a las consecuencias y aceptar las reglas. La inmediatez y la viralidad que pueden alcanzar esos 140 caracteres son inimaginables. Si no, basta preguntarle a la griega Voula Papachristou, una atleta de salto triple. Ella subió a la red un pensamiento poco feliz, que le valió la expulsión de los Juegos por parte de su federación, castigo que fue aceptado por el COI. Papachristou había tuiteado desde su cuenta personal: "Con tantos africanos en Grecia, al menos los mosquitos del Nilo Occidental comerán comida casera".

La inmediatez y la utilidad de Twitter ya no se discuten. Es cuestión de aceptar que por allí pasa un mundo emergente y depende de cada uno la utilidad, el consumo y el fin que le quiera dar. En Pekín 2008 pocos hubieran imaginado tener esta herramienta en Londres. Ahora, la apuesta es saber que nos depararán los Juegos de Río, en 2016.

Fuente: La Nación

martes, 22 de mayo de 2012

Se inauguró en Japón la torre más alta del mundo

La Skytree es la torre más alta del planeta. Foto: Reuters.


Japón inauguró hoy la torre de comunicaciones más alta del mundo, la Tokyo Skytree, que con 634 metros de altura y un costo de unos 820 millones de dólares espera atraer a 32 millones de visitantes en solo un año.

Inscripta el pasado noviembre en el Libro Guinness de los Récords, la Skytree es la torre más alta del planeta por delante de la de Televisión de Cantón en China, de 600 metros, y también la segunda estructura artificial de más altura por detrás del rascacielos Burj Khalifa de Dubai, que alcanza los 828 metros.

En el complejo de 36.900 metros cuadrados sobre el que se asienta la Skytree, y que alberga un área comercial con 312 tiendas, oficinas, centros educativos, museos y un acuario, se podían observar hoy largas filas de visitantes, algunos de ellos ataviados con llamativos disfraces de este nuevo símbolo de Tokio.

Con un diseño futurista y forma cilíndrica, la torre emitirá a diario los contenidos de hasta siete cadenas japonesas de televisión en sustitución de la vetusta Tokyo Tower, un emblema de 333 metros que, construido en 1958, guarda un diseño similar al de la torre Eiffel parisina.

La Tokyo Skytree garantiza la cobertura para emisiones en todo el país al situarse en una zona que, al contrario del distrito en el que se sitúa la Tokyo Tower, no cuenta con rascacielos en sus alrededores que interfieran en la señal.

Así fue el progreso de la construcción de la Tokyo Skytree. Foto: AFP. 

La construcción de la torre comenzó en julio de 2008 y se prolongó cerca de tres años y medio, ya que los trabajos se detuvieron por dos meses a raíz del terremoto que asoló Japón en 2011.

En levantarla participaron unos 580 mil trabajadores, con momentos en los que se llego a necesitar la intervención de hasta mil 200 obreros simultáneamente.

Japón espera que la nueva torre de comunicaciones dinamice el distrito de Sumida, al noreste de la capital, donde se espera genere ingresos por unos 88 mil millones de yenes anuales (unos mil 110 millones de dólares) y se convierta en la segunda mayor atracción turística de la capital, tras el parque Tokyo Disney Resort.

Con una estructura que sigue el diseño de las ancestrales pagodas japonesas de cinco pisos, la torre, de color blanco para expresar el sentido tradicional de belleza nipona, se articula en torno a un enorme pilar que permite minimizar los temblores en caso de terremotos o fuertes vientos.

Los visitantes acceden al primer observatorio, situado a 350 metros, en un ascensor que recorre 600 metros por minuto, mientras que al observatorio más alto, a 450 metros y rodeado por una pasarela cilíndrica recubierta de cristal, se llega por una rampa de caracol panorámica inspirada en la subida al Monte Fuji.

El precio para un adulto es de 2 mil yenes (unos 25 dólares) y permite el acceso al primer observatorio, mientras que los que quieran acceder al segundo deberán abonar 1.000 yenes adicionales.

Por las noches, Skytree tendrá dos tipos de iluminación con los colores tradicionales de Tokio, el morado y el azul claro.

Además, la torre cuenta también con una cafetería, tiendas y un restaurante panorámico a 345 metros, y una mascota oficial: Sorakara, una niña con un vestido azul con el diseño de la torre, un catalejo y el pelo rubio con forma de estrella, que se espera haga las delicias de los más pequeños.
Mira también: Los diez edificios más altos del mundo
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