Cerca del 75% de la carne de las ballenas capturadas en la
campaña de pesca japonesa del pasado año no ha encontrado compradores en las
sucesivas subastas realizadas, reconoció la entidad encargada de
su comercialización.
El Instituto de Investigación de los Cetáceos, una entidad
semipública que organiza la caza de la ballena, reconoció que cerca del 75% de
las cerca de 1.200 toneladas de carne de ballena está sin vender.
El organismo ha organizado regularmente subastas entre
noviembre y marzo para deshacerse de la mercancía congelada procedente de las
piezas capturadas en las aguas del noroeste del Pacífico, con el fin de
incentivar el consumo de ballenas y aumentar los ingresos.
Pero estas ventas han sido un fracaso, ya que los mayoristas
y comerciantes evitan la carne de estos cetáceos por temor a las eventuales
represalias de los defensores de estas especies que consideran amenazadas.
"Tenemos que pensar en nuevas formas de comercializar
esta carne de ballena", dijo un responsable del instituto.
En un informe reciente, los opositores a la caza de cetáceos
arguyen que el resultado de las subastas demuestra que los consumidores
japoneses no quieren carne de ballena.
Oficialmente, las actividades japonesas de caza de ballena
están destinadas a la "investigación científica", una práctica
tolerada por la
Comisión Ballenera Internacional que prohíbe los fines
comerciales de estos cetáceos desde 1986.
Las autoridades japonesas aseguran que esta pesca forma
parte de las cultura nipona, sin esconder que la carne de ballena termina en
las estanterías de los comercios.
Los balleneros nipones, que realizan campañas anuales en la Antártida , son víctimas
de las acciones de los militantes de las asociaciones de defensa del medio
ambiente Sea Shepherd, con sede en Estados Unidos, que desde sus propios buques
tratan de impedir faenar a los balleneros, obligándoles a menudo a regresar a
puerto con los arcones vacíos.
Fuente: AFP