Greenpeace exige que Argentina abandone su plan nuclear y siga el ejemplo de Brasil que anunció que no prevé la construcción de nuevas centrales nucleares, al menos hasta 2021.
La decisión de Brasil se basó principalmente en la
posibilidad de prescindir de la opción nuclear para generar la energía
necesaria para su desarrollo, porque cuenta con suficiente potencial de fuentes
alternativas y renovables como la eólica. Esto deja en suspenso un plan
anterior del gobierno de Lula, que promovía la construcción de ocho centrales a
2030. Además, el presidente de la
Empresa de Investigación Energética de Brasil, Mauricio
Tomalsquim, declaró que “no sólo Brasil; el mundo entero paró para analizar y
evaluar las lecciones del desastre
nuclear de Fukushima, Japón". (1)
Mauro Fernández, de la campaña Nuclear de Greenpeace
Argentina afirmó: “Brasil demostró que la energía nuclear es innecesaria para
el desarrollo del país y de la región”, y
agregó: “Es hora de que el gobierno argentino se dé cuenta de que puede
prescindir de esta tecnología cara y peligrosa para satisfacer su demanda
interna de energía. Argentina debe rever en forma urgente la seguridad de sus
reactores previos a Chernobyl y no extender imprudentemente la vida de
reactores obsoletos como el de Embalse, Córdoba”.
Argentina y Brasil son los únicos dos países de Sudamérica
que utilizan la tecnología nuclear para producir electricidad. Luego de la
iniciativa brasileña de congelar la instalación de nuevos reactores, Argentina
es el único país con un plan de expansión de la energía atómica.
“Exigimos al Gobierno argentino que apueste a su enorme
capacidad renovable y congele sus planes de expansión nuclear; no hay necesidad
de una ninguna nueva central atómica, así como tampoco de la extensión de vida
del reactor de Embalse”, sentenció Fernández.
Nota:
(1) A más de un año del desastre nuclear de Fukushima muchos
países revieron su postura hacia el uso de la energía atómica. Alemania, Suiza,
Bélgica e Italia ya frenaron sus planes de expansión nuclear y planificaron el
cierre de sus centrales existentes. Japón, el tercer país más nuclearizado del
mundo, apagó su último reactor activo el último sábado, comenzando un verano
libre de energía nuclear y sin sufrir cortes de suministro. El presidente
electo francés, Francois Hollande, se comprometió a reducir la capacidad
atómica francesa del 75 al 50% para 2025.
Fuente: Greenpeace