Esa es una de las principales diferencias respecto del principal
referente de este tipo de fotografías, la famosa ‘Canica Azul’ (Blue Marble, en
inglés) de la NASA
compuesta por diferentes imágenes realizadas por un satélite de esa agencia
espacial en 1972, y que pesaba apenas 64 Mbs.
En aquella ocasión, la fotografía era una especie de
collage, una composición de imágenes, como si se tratara de un verdadero puzzle
que termina configurando una imagen única.
Sin embargo, la nueva instantánea ha sido realizada de un
solo disparo fotográfico y su nitidez es tal que dobla la resolución de la
imagen obtenida en la década del 70.
Cada uno de los píxeles representa algo más de un kilómetro
de la superficie de la Tierra.
Su impresionante resolución, los 121 megapíxeles, supone
además que corre con ventaja sobre otras fotos históricas de nuestro mundo. Un
motivo por el que ha llegado a ser calificada como la “foto definitiva de la Tierra ”, según recoge la
web especializada en tecnología Gizmodo, pese a la evolución de los
dispositivos tecnológicos siempre depara alguna sorpresa.
El satélite ruso Elektro-L, autor de la hazaña, está situado
en una órbita geoestacionaria de 36.000 kilómetros
por encima del ecuador del planeta, y envía fotografías de toda su superficie
cada 30 minutos a través de una conexión que varía entre 2,5 y 16,3 Megabits
por segundo.
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