Pese a que Kenia tiene una de las leyes más estrictas contra la caza furtiva, esto no detiene la muerte de elefantes. |
Aterrorizados, los elefantes deben haber buscado
seguridad manteniéndose en grupo. Sin embargo, todo fue en vano. Una línea
gruesa de sangre ennegrecida marcó el rastro de sus últimos momentos.