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Robots de todas las formas y tamaños podrían ser
nuestros compañeros de trabajo del futuro.
Nuestro mundo cambia más rápido que nunca y en años
recientes, una serie de tecnologías revolucionarias han pasado de ser algo de
ciencia ficción a una realidad en nuestras vidas.
Fotograma de la película Terminator, donde las máquinas se
rebelan contra el hombre. (Getty Images)
El Centro de Estudio de Riesgo Existencial, perteneciente a la Universidad de
Cambridge, tiene previsto estudiar los riesgos de que la tecnología acabe con
el ser humano en un futuro.
La ciencia predice que los superhumanos serán una realidad
dentro de 15 años.
Una raza de humanos que puede trabajar sin cansarse y
recordar toda conversación puede sonar a ciencia ficción, pero expertos en lo
que se conoce como 'mejoramiento humano' dicen que el campo evoluciona a tal
velocidad que deberíamos empezar a prepararnos.
Ray Bradbury,
escritor de culto, maestro de la ciencia ficción y autor de obras maestras como
Crónicas marcianas y Fahrenheit 451,
murió esta mañana, a los 91 años, según confirmó su familia.
En un comunicado para todos sus fanáticos, el nieto del
escritor, Danny Karapetian, expresó que “Si tuviera que hacer una declaración,
diría lo mucho que le quiero y lo que le echo de menos. Espero escuchar los
recuerdos que todos tenían de él. Ha influenciado a tantos artistas,
escritores, profesores, científicos y es reconfortante y conmovedor escuchar
sus historias”.
“Su legado vivirá en su monumental corpus de libros,
películas y teatro, pero más importante aún: en la mente y en los corazones de
quienes le leyeron. Era el niño más grande que he conocido”, agregó Karapetian.
El fallecido escritor estadounidense, se consideraba a sí
mismo como “un narrador de cuentos con propósitos morales”. Un clima poético y
un cierto romanticismo son rasgos persistentes en la obra de Ray Bradbury, si
bien sus temas están inspirados en la vida diaria de las personas.
Bradbury, quien ya tiene un cráter en su honor en la Luna y que pidió que sus
cenizas sean esparcidas en el planeta Marte, será recordado por muchas cosas,
por las Crónicas marcianas, esa excepcional colección de relatos sobre la
colonización del planeta Marte que cambió para siempre el género fantástico;
por El vino del estío y La feria de las tinieblas, dos de las novelas más
conmovedoras jamás escritas sobre el delicado momento en el que los niños
descubren la existencia del tiempo, de la muerte y de la responsabilidad; por Farenheit
451 con
su mundo de libros perseguidos por bomberos flamígeros pero salvados por los lectores,
en una de las más hermosas fábulas sobre la inmortalidad de la lectura.
Bradbury no sólo fue novelista, también ha escrito
innumerables guiones de televisión, ensayos y poemas. Muchas de sus obras
fueron llevadas al cine.
Tampoco puede enmarcarlo únicamente a la literatura de ciencia ficción y ni
siquiera al género fantástico, porque ha transitado también por el género
policial y el relato costumbrista y realista, sobre todo en los últimos
tiempos.
El escritor trabajaba disciplinadamente todos los días de su
vida, aunque sólo por dos horas, de día, de noche o de madrugada. Eran dos
horas febriles, a gran velocidad: “Hoy terminé un ensayo. Ayer, otro”, relataba
en aquella oportunidad. A toda pasión como siempre, como escribió Fahrenheit en
apenas nueve días.
Su preocupación como escritor no sólo se centró en
cuestionarse el modo de vida actual, sino que también se adentró en el reino de
lo fantástico y maravilloso, con un estilo poético y a veces provocativo. En su
niñez, Bradbury fue muy propenso a las pesadillas y horribles fantasías, que acabó
por plasmar en sus relatos muchos años después.
Bradbury era un fanático de los viajes espaciales y calificó
como un grave error haber cancelado los viajes a la Luna.“Mi trabajo en los
próximos años es hacer que el Congreso de este país nos lleve de nuevo a la Luna. Uno de los peores
errores que cometimos fue no haber regresado nunca allí”, había dicho en una
teleconferencia en 2006. Pocos años después el presidente Bush canceló el
programa espacial de la vuelta a la
Luna y pósteriormente su sucesor, Obama redujo el presupuesto
anual de la NASA.