Después de soportar varios minutos, Boateng se sacó la
camiseta y se fue. (EFE)
|
Hubo racismo pero también compañerismo. Un partido amistoso
del Milan terminó suspendido cuando el ghanés Kevin-Prince Boateng, cansado de
los insultos dirigidos hacia él y hacia Niang, Emanuelson y Muntari, se sacó la
camiseta y dejó la cancha, seguido inmediatamente por sus compañeros, en un
gesto pocas veces visto.