Recuerdo. Un viejo misil soviético se exhibe para
los turistas en el complejo de Morro Cabana, en |
Lo que nos puso a todos al borde de una guerra nuclear fue
un día de sol. Y si no volamos por los aires y el mundo no terminó en una
hecatombe de fuego y vientos helados que hubieran dejado a la vida sin vida,
fue por el coraje de dos líderes mundiales, irresponsables hasta el delirio,
que a último momento dejaron de jugar al borde del abismo y sellaron la paz
sobre las mechas ardientes de los cañones.