La principal conclusión del estudio presentado con el título "Especies y Espacios, Personas y Lugares" es que las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles de todo el mundo han decaído en un 52 por ciento desde 1970. Las conclusiones sobre la población de vertebrados encontró que las mayores caídas fueron en regiones tropicales, especialmente en América Latina.
La décima edición de este estudio, que recopila las investigaciones realizadas sobre el destino de 10.000 especies de vertebrados desde 1970 hasta 2010, sostiene que la biodiversidad se está reduciendo tanto en las regiones templadas como en las tropicales, pero la disminución es mayor en el trópico. "Esta es la caída regional más profunda, y el informe destaca la intensa presión a la que están sometidas las especies tropicales de América Latina", señaló Richard McLellan del Fondo Mundial para la Naturaleza.
El experto del Fondo explicó que las causas de este declive están provocadas por una serie de razones, que incluyen "las amenazas típicas", como la sobreexplotación de la caza y la pesca, la degradación de la tierra y el agua, la pérdida de ambientes naturales por la deforestación y reemplazo de pastizales, el cambio climático.
El informe destacó que la humanidad demanda al planeta el doble de lo que la naturaleza puede renovar. "Estamos cortando madera más rápido de lo que los árboles pueden crecer, usando agua dulce más rápido de lo que los acuíferos subterráneos se llenan, y lanzando CO2 a la atmósfera más rápido de lo que se puede absorber", detalla el documento.
Lambertini también explicó que hasta hace pocas décadas, el territorio latinoamericano estaba casi virgen con respecto a otras áreas tropicales del mundo, que habían sido explotadas intensamente desde hacía mucho más tiempo. "El hecho de que estuvieran menos afectadas esas zonas provocaron que cuando se hizo presión sobre ellas, las consecuencias han sido mucho más notorias, y el declive de las especies es más intenso que en otras áreas donde la explotación ha sido más sostenida en el tiempo", agregó Lambertini.
Los diez países con una mayor huella ecológica son Kuwait; Catar; Emiratos Árabes Unidos; Dinamarca; Bélgica; Trinidad y Tobago; Singapur; Estados Unidos; Bahrein y Suecia.
La huella ecológica per cápita de cada país, que está determinada no sólo por el nivel de recursos necesarios para sostener esta demanda, sino también por la eficiencia con la que los recursos, incluyendo los combustibles fósiles, se usan para proveer estos bienes y servicios. Por ejemplo, si todas las personas del planeta tuviesen la huella promedio de un residente típico de la Argentina, necesitaríamos 1,5 planetas para sostener nuestro nivel de consumo, mientras que si viviéramos como un residente de Qatar tendríamos que tener 4,8 planetas, y si tuviéramos el estilo de vida de un residente típico de los Estados Unidos, precisaríamos 3,9 planetas.
"A pesar de que la mayor parte de la población argentina habita en ciudades, alejada de los sitios donde se producen estos bienes y servicios, resulta fundamental que empecemos a tomar conciencia de que cada una de nuestras acciones, desde encender una lámpara hasta el consumo de alimentos, genera un impacto sobre el ambiente. La producción agrícola tiene un fuerte impacto en términos de consumo de agua dulce, y también en las últimas décadas, un impacto significativo sobre la deforestación", afirmó Diego Moreno, director general de Vida Silvestre Argentina.
Un dato interesante sobre Argentina que figura en el informe es que se encuentra nuestro país se encuentra en el noveno lugar dentro de los 10 países que totalizan más del 60% de la biocapacidad, capacidad de la tierra de producir recursos naturales y proveer servicios ambientales, del total de la Tierra en 2010. Argentina se encuentra detrás de Brasil, China, Estados Unidos, Rusia, India, Canadá, Indonesia, Australia, y por delante de la República Democrática del Congo.
Fuente: Clarín
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