La Amazonia perdió 2.765,62 kilómetros cuadrados de selva entre agosto de 2012 y julio de 2013. |
La
deforestación en la Amazonia brasileña aceleró su ritmo y creció un tercio en
el último año, lo que acabó con ocho años de trayectoria descendente, según
cifras preliminares divulgados por el sistema de vigilancia por satélite DETER,
del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
El
posible aumento en la deforestación generó alarma de que Brasil podría haber
bajado su guardia y abierto un flanco a madereras, ganaderos y otros
interesados en desarrollar partes de un bosque cuyo tamaño se compara a siete
veces el de Francia.
La
Amazonía perdió 2.765,62 kilómetros cuadrados de selva entre agosto de 2012 y
julio de 2013 (el año pluviométrico que el gobierno brasileño usa como
referencia). El área total, más de dos veces el tamaño de la ciudad de Los Ángeles es un 35% por ciento mayor a la zona descampada del año pasado
(2.050,97 kilómetros cuadrados, entre agosto de 2011 y julio de 2012).
El
estado de Mato Grosso, una pujante región agrícola en el límite sur de la
selva, fue responsable del 42,8 % de la deforestación en el último año, según
el INPE.
Los
datos son incompletos porque dependen de la densidad de las nubes y porque el
satélite sólo detecta áreas taladas de gran tamaño, de más de 25 kilómetros
cuadrados. El gobierno revisa posteriormente las cifras al alza usando otras
fuentes de información, con lo que a veces se llega a duplicar los cálculos
iniciales.
El año
de medición termina en julio, cuando se alcanza la mejor visibilidad, ya que
las nubes suelen tapar la región durante gran parte del año y entorpecen la
recolección de imágenes satelitales.
El
balance oficial del gobierno entre agosto de 2011 y julio de 2012 reflejó que
la selva amazónica perdió en ese período 4.571 kilómetros cuadrados, lo que fue
la menor cifra desde 1988, cuando se comenzaron las mediciones.
En su
plan contra el cambio climático, Brasil se ha comprometido voluntariamente a
reducir la deforestación de la Amazonía hasta 2020 en un 80 % en relación a la
cifra de 1990, lo que supone una meta de destrucción anual de 3.925 kilómetros
cuadrados.
La
deforestación es la principal causa de la emisión de CO2 a la atmósfera en
Brasil, tanto por los gases que se liberan con los incendios forestales como
por el oxígeno que se deja de generar.
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