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Un
estudio de la Universidad de Valencia (UV), publicado recientemente en Journal
of Geophysical Research, afirmó que la resistencia de los bosques amazónicos
al estrés térmico podría estar debilitándose, con el consiguiente riesgo de
aceleración del calentamiento global.
El
estudio, que llega a esta conclusión tras evaluar los efectos de las sequías de
2005 y 2010 en los bosques tropicales del Amazonas, procede de la Unidad de
Cambio Global del Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI), en el Parc Científic
de la UV.
Fuentes
de la institución académica han informado en un comunicado que la selva
amazónica representa alrededor del 50 por ciento de los bosques tropicales del
mundo; y suponen un componente "clave" del ciclo global del carbono,
de manera que los cambios que se producen en estos bosques "pueden afectar
a la concentración de CO2 en la atmósfera y, por tanto, al propio cambio
climático".
Uno de
los factores más determinantes del cambio climático sobre la región amazónica
son las sequías severas, fenómenos que se producen por un aumento en la
temperatura del mar, en particular en la zona este del Océano Pacífico, y que
se conocen popularmente como El Niño, añadieron.
Sin
embargo, a lo largo de la última década -en 2005 y 2010-, se han producido
dos sequías extremas y anómalas -las mayores del último siglo- que no van
asociadas a un aumento de la temperatura del mar en el océano Pacífico, sino a
un aumento de la temperatura del mar en el océano Atlántico.
Numerosos
estudios han analizado en los últimos años el efecto de las sequías sobre el
'verdor' de los bosques amazónicos medido con datos de satélite, "pero son
escasos los trabajos que han analizado el papel de las anomalías
térmicas", señalaron.
LOS
RESULTADOS
Los
resultados muestran, sorprendentemente, que las anomalías térmicas positivas -calentamiento- no se produjeron únicamente en los años de sequía 2005 y
2010, sino que prácticamente se mantuvieron hasta el mismo 2012.
El
análisis de tendencias en temperatura muestra un calentamiento estadísticamente
significativo en la última década (2000-2012), algo que no se observa en
décadas anteriores (1980-2000). Las regiones más afectadas por este
calentamiento reciente se encuentran en la zona sureste, coincidiendo con el
llamado 'arco de deforestación', que incluye las regiones brasileñas de
Rondonia, Mato Grosso y Pará, donde las prácticas de deforestación han sido más
agresivas en los últimos años
Se
observa, además, que el calentamiento anómalo está relacionado con
irregularidades térmicas de la temperatura del mar, tanto de la zona este del
océano Pacífico como de la zona tropical del océano Atlántico, siendo esta
última región la que mayor influencia ha tenido en los últimos años, en los que
no se ha producido fenómenos de El Niño severos.
Si bien
siempre se ha considerado que los bosques tropicales del Amazonas poseen una
extraordinaria resistencia a las condiciones de estrés hídrico -como ocurre
por ejemplo durante una sequía-, los resultados mostrados en este estudio,
junto con otros estudios en los que se ha observado una pérdida de biomasa e
incluso una parada temporal del bosque como sumidero de carbono durante las
sequías de 2005 y 2010, sugieren que la resistencia de los bosques amazónicos
al estrés térmico podría estar debilitándose.
El
calentamiento sostenido durante estos últimos años, junto con las predicciones
de algunos modelos climáticos de una mayor frecuencia de sequías severas e
incluso de un cambio del bosque tropical a sabana, "representan un riesgo
para la aceleración del calentamiento global", si bien se necesita de un
mayor análisis en los próximos años con el fin de observar si este
calentamiento reciente se mantiene o bien se trata de un fenómeno transitorio.
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