Los científicos explicaron que el diseño moteado es una
exquisita confirmación del modelo del Big Bang para el origen y la evolución
del Universo.
Pero hay rasgos de la imagen, agregan, que son inesperados y
que necesitan ser refinados.
"La extraordinaria calidad de este retrato de la
infancia del Universo realizado por Planck nos permite ir apartando capas hasta
observar directamente sus cimientos, demostrando que nuestro mapa del cosmos
dista mucho de estar completo", aseguró Jean-Jacques Dordain, director
general de la ESA.
"Estos descubrimientos –agregó– han sido posibles
gracias a la tecnología desarrollada específicamente para esta misión por la
industria europea".
El mapa fue montado tras 15 meses de adquisición de datos
por parte del telescopio espacial Planck, cuyo costo fue de US$770 millones.
En él se detalla lo que se conoce como fondo cósmico de
microondas (la radiación "fosilizada" del Big Bang), un débil
resplandor que impregna todo el espacio.
Su configuración precisa, visible en los nuevos datos
ofrecidos por Planck, sugiere un cosmos un poco mayor de lo que se pensaba, que
entró en existencia hace 13.820 millones de años.
Se trata de un incremento de unos 50 millones de años con
respecto a cálculos anteriores.
El patrón del mapa también indica que es necesario un sutil
ajuste para el inventario de contenidos del Universo.
Parece que hay un poco más de materia (31,7%) y un poco
menos de "energía oscura" (68,3%), el misterioso componente que -se
cree- produce la expansión del Universo a un ritmo acelerado.
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