Los 25 países y organizaciones que participan en la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por sus siglas en inglés) han
anunciado el fracaso de la última ronda de negociaciones para incrementar la
protección de la fauna marina del océano Antártico.
El único consenso alcanzado en la reunión anual de
Los ecologistas han
criticado duramente la ausencia de un acuerdo, especialmente ante el riesgo que
corren especies como las ballenas, las focas o los pingüinos de zonas como el
mar de Ross o el este de la
Antártida.
"Estamos muy
decepcionados", ha explicado Steve Campbell, de la Alianza del Océano Antártico, una coalición de grupos ecologistas como WWF o Greenpeace. Según
Campbell, los países que menos han colaborado para lograr el acuerdo han sido
Ucrania, Rusia y China.
Entre las
propuestas que no han salido adelante en la reunión anual de la CCMALR estaba una
iniciativa neozelandesa-estadounidense que pretendía crear una zona protegida
en el mar de Ross de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, del tamaño de Irán. La UE y Australia plantearon por
su parte una serie de reservas que sumaban 1,9 millones de kilómetros cuadrados
en el este de la Antártida, una extensión mayor que la de Alaska.
"Este año la CCMALR se ha comprotado
como una organización pesquera en lugar de como un organismo dedicado a la
conservación de las aguas antárticas", ha denunciado Farah Obaidulá, de
Greenpeace.
En 2010, los Estados
se fijaron como meta ampliar al 10 por ciento de los océanos las zonas
protegidas para preservar la fauna marina de la sobre pesca y otras amenazas
como la contaminación y el cambio climático. Entonces las zonas protegidas
apenas abarcaban el 4 por ciento.
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