¿Será así como interactuemos con colegas en el futuro? |
La posibilidad de trabajar con gente con la que uno nunca va
a encontrarse y comunicarse con colegas virtuales son dos de los posibles
escenarios identificados por importantes pensadores sobre cómo evolucionarán
los lugares de trabajo para 2025.
Muestreos de un panel, en el que estaban representados el
Imperial College London, el Instituto de Tecnología de Masschusetts (MIT, por
sus siglas en inglés), la
Universidad de Washington, otras academias internacionales y
el gobierno británico, apuntan a un cambio dramático en el lugar de trabajo tal
cual lo conocemos.
Olvídese de si es práctico o no traer sus dispositivos
tecnológicos al trabajo. En el futuro, quizá usted ni tenga una oficina.
Según el grupo de expertos, en 2025 la tecnología nos
permitirá evocar los espacios de trabajo mediante el uso de superficies
interactivas.
Teleconferencias holográficas y pruebas virtuales de los
proyectos harán que los modelos de las actuales oficinas terminen en la
papelera de reciclaje.
En su lugar, múltiples superficies en el hogar, o en los
centros de trabajo compartido, serán revestidas con pintura digital
"inteligente" que proyectará, con un solo toque, avatares en 3D de
los colegas.
El proyecto "Recompose" del MIT ya está viendo
cómo una superficie física puede cambiar en respuesta a comandos basados en
gestos.
En el futuro vamos a remodelar superficies sin tocarlas,
interactuar con documentos o crear objetos que luego pueden ser impresos en 3D.
Fuerza dispersa
Debido a estos cambios, la fuerza de trabajo estará mucho
más dispersa. Los empleados tendrán diversas carreras en varios lugares
diferentes y trabajarán períodos más cortos en los proyectos.
En muchos casos, las personas que trabajen de esta manera ni
siquiera conocerán las identidades de los demás.
Y no sólo los empleados deben estar preparados para el
cambio. El número de locaciones que una compañía utiliza se incrementará 50%
para 2020, de acuerdo a una investigación de PriceWaterhouseCoopers.
Estos avances impulsados por datos barrerán con las pautas
de trabajo establecidas.
Es una tendencia que ya está en marcha. Para el próximo año
habrá 1.200 millones de dispositivos electrónicos conectados en más de 800
millones de hogares con conexiones de banda ancha, asegura IBM.
Políticas como la de "traiga su propio
dispositivo" son cada vez más populares ya que las funciones de los
dispositivos de consumo cada vez más permiten su uso para los negocios.
Es lógico que si uno puede tener un dispositivo para
almacenar información personal y de trabajo, es mejor que usar dos dispositivos
distintos.
Con el tiempo, la computación omnipresente a través redes
integradas de circuitos en todo lo que nos rodea significará que el teléfono
móvil y, con el tiempo, gafas y lentes de contacto, serán la puerta de entrada
a los espacios de trabajo virtuales. Un pestañeo y uno puede transportarse al
corazón de nuestras "oficinas".
No hay necesidad de preocuparse de traer su propio
dispositivo si eso significa traerse a uno mismo. Y, de todos modos, no hay
ninguna oficina física para ir.
La combinación de los dispositivos para el trabajo y para
uso personal será llevada a la enésima potencia.
A medida que el alcance y la capacidad de lo que se puede
lograr con estos dispositivos aumenta, se dará lugar a colaboraciones masivas.
Caos organizado
Debido a la mayor conectividad y a la inmensa dispersión de
la mano de obra, simularemos el caos organizado de una colonia de abejas o de
hormigas.
Los grupos de trabajadores se organizarán digitalmente a lo
largo del mundo y se mantendrán en contacto con esta tecnología incorporada que
nos permitirá trabajar aunque estemos en movimiento siempre que queramos.
Es comprensible que todo esto suene un poco androide.
"No hay razón para temer", asegura Mads Thimmer,
fundador de Innovation Lab, una entidad danesa sobre las redes de tecnologías
emergentes.
"La belleza de la sociedad en línea que se viene es que
va a tener un botón de apagado. Por eso es tan atractiva."
Innovaciones impulsadas por datos, respaldadas por la
infraestructura comunicacional, forzarán algunos cambios enormes en el lugar de
trabajo y en la forma en que muchos de nosotros hacemos nuestro trabajo.
La tecnología será capaz de liberarnos de muchas de las
restricciones de los patrones actuales de trabajo y también podría significar
que todos trabajemos un poco menos.
El jefe ausente y los colegas virtuales bien podrían
convertirse en algo popular.
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