Foto: University of Tubingen |
Un grupo de investigadores descubrió el instrumento
musical más viejo del mundo, una flauta hecha de hueso de aves y marfil de
mamut, que tiene entre 42.000 y 43.000 años de antigüedad. El hallazgo se produjo en una cueva al sur de Alemania, en donde también se hallaron
evidencias de una temprana ocupación de Europa por parte de los Homo Sapiens.
Los autores del
trabajo, publicado en el Journal of Human Evolution, llevan estudiando la
flauta desde que fuera encontrada en 2009 y, hasta ahora, utilizando la
datación por radiocarbono, no habían podido asegurar la época en la que fue
construida.
Según señaló
uno de los autores, Nick Conard, "los resultados ahora obtenidos son
consistentes", además, indicó que "coinciden con una hipótesis
que se hizo hace varios años, de que el río Danubio fue un corredor fundamental
para el movimiento de seres humanos e innovaciones tecnológicas hacia el centro
de Europa, entre 40.000 y 45.000 años atrás".
Conard, también destacó que la cueva en la que fue hallada la flauta, conocida como Geissenkloesterle, es uno de los lugares de la región en la que se produjeron más hallazgos de adornos personales, arte figurativo, imaginería
mítica e instrumentos musicales.
Para los expertos,
la música hace 43.000 años pudo haber tenido implicaciones muy profundas.
Algunos investigadores opinan que la música puede haber sido uno de los
comportamientos clave para la especie humana, que la ayudó a darle una ventaja
sobre los Neandertales, de naturaleza más conservadora.
"La música era
utilizada en muchos contextos sociales: posiblemente religiosos, posiblemente
recreacionales. Muy parecido a como se usa la música hoy, en diferentes
escenarios", explicó Conard, para quien las flautas son "el
registro más antiguo de las innovaciones tecnológicas y artísticas" del
período Auriñaciense.
"Esta cultura
también creó el ejemplo más antiguo conocido de arte que debe representar a una
persona, que se ha encontrado en la misma cueva en 2008: una estatua de hace
35.000 años", contó.
Los seres humanos
modernos durante el período Auriñaciense se encontraban en el centro de Europa,
al menos entre 2.000 y 3.000 años antes de este deterioro climático, cuando
enormes icebergs, nacidos de las capas de hielo del Atlántico Norte y las
temperaturas se desplomaron.
Fuente: Europa Press
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