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viernes, 18 de mayo de 2012

Una mujer logró mover un brazo robótico sólo con el pensamiento


Hazaña. La paciente en el momento exacto de mover el brazo robótico. Tiene un dispositivo del tamaño de una pastilla sobre la superficie del cerebro. Desde allí, un cable la conecta con una computadora que transforma sus señales cerebrales (su pensamiento) en órdenes de movimiento.


Una mujer que había perdido la capacidad de mover sus miembros tras un ACV hace casi 15 años pudo tomar un sorbo de café guiando un brazo robótico sólo con el pensamiento. La paciente, una estadounidense de 58 años, usó un implante cerebral para controlar al robot y acercar una botella con café a su boca. Fue la primera vez que logró tomar algo por sí misma desde que quedó paralizada e imposibilitada hasta de hablar.

Los médicos festejaron la hazaña considerándola la primera demostración de la eficacia de un implante que controla directamente un brazo robótico que puede asir objetos decodificando las señales del cerebro del paciente. El trabajo es parte del ensayo clínico estadounidense de un implante experimental llamado BrainGate. Para los médicos involucrados, es un primer paso hacia dispositivos que pueden eludir los daños sufridos por el sistema nervioso y permitir que las personas paralizadas recuperen el control de sus miembros o los amputados muevan sus prótesis.

“Al principio tuve que concentrarme en los músculos que iba a usar para ejecutar determinadas funciones”, dijo la mujer. “El BrainGate me resultaba natural y cómodo, así que rápidamente me acostumbré al ensayo.” En un artículo publicado en la revista Nature , los investigadores relatan los ensayos en los que la mujer, a la que sólo se conoce como S3, y un hombre de 66 años al que se refieren como T2 utilizaron el implante para controlar dos diseños distintos del brazo robótico.

El dispositivo del tamaño de una pastilla se implanta quirúrgicamente a unos pocos milímetros de profundidad dentro de la corteza motora, sobre la superficie del cerebro, donde sus 96 electrodos del espesor de un cabello captan la actividad neurológica.

En una serie de sesiones, los pacientes aprendieron a controlar el brazo robótico y a recoger pelotas de espuma de goma imaginando que movían su propio brazo y mano.

El dispositivo BrainGate se conecta directamente al cerebro pero sobresale del cráneo donde está conectado a una computadora a través de un cable. Se planea fabricar modelos más avanzados que podrían ser inalámbricos y se implantarían de manera invisible, bajo la piel.

John Donoghue, coautor del trabajo y director del Instituto del Cerebro de la Universidad Brown, advirtió que todavía queda mucho por hacer.

“Realmente habremos llegado a nuestro objetivo cuando alguien que perdió la movilidad por una lesión o una enfermedad neurológica pueda interactuar con su medioambiente sin que nadie sepa que está empleando una interfaz cerebro-computadora”, agregó.

En un artículo anexo, Andrew Jackson del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle en el noreste de Inglaterra dijo que el estudio subrayaba que la investigación básica es un motor crucial de este tipo de avances tecnológicos. “En un momento en que la experimentación con primates no humanos es cada vez más controvertida, vale la pena hacer notar que estos resultados obtenidos se basan en demostraciones previas en monos y en décadas de investigación básica sobre cómo se desarrollan los movimientos de los brazos”, agregó el investigador Jackson.

Fuente: Clarín

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