Un estudio del
World Wildlife Fund (WWF) reúne en un ranking
a los
10 cauces fluviales más comprometidos del planeta. No sólo la
contaminación los amenaza. También identifican a las represas, la extracción
excesiva de agua, el cambio climático, la pesca desmedida y la presencia de
especies invasivas como factores de riesgo.
Los ecosistemas de
agua dulce ocupan el 1% de la superficie
de
la Tierra y
son hogar del 10% de todas las especies animales. Sin embargo,
la WWF (World Wildlife Fund)
advierte que más del 20% de las 10 mil especies que los habitan ya se
extinguieron o están en vías de hacerlo. Esa desoladora noticia impulsó a la
fundación a investigar los principales agentes que amenazan la salud de las
cuencas de agua dulce. El estudio identificó a las 10 ríos que están más en
riesgo e identificó seis factores clave: obras de infraestructura hídrica
(incluyendo las represas), excesiva extracción de agua, cambio climático,
presencia de especies invasivas –animales o vegetales–, el ejercicio ilegal de
la pesca y la contaminación.
La primera de las amenazas se refiere a las represas.
Preocupa saber que de los aproximadamente 177 ríos que superan los 1.000 km de longitud en el
mundo, sólo un tercio está libre de represas. Y sentencia: “Si bien está claro
que son fundamentales para el desarrollo económico, los beneficios que otorgan
no superan los daños ocasionados al medio ambiente y a la sociedad. La
presencia de represas impide a los peces migratorios alcanzar el desove y las
zonas de alimentación; modifica la corriente natural del curso y no permite que
los sedimentos se acumulen formando deltas”. Este mal afecta principalmente a
los ríos Salween, Río de la
Plata y Danubio.
La excesiva extracción con fines de riego y de consumo
doméstico lleva a que baje el nivel del río y, en consecuencia, a que el agua
dulce entre en contacto con el agua salada del mar, salinificando también las
napas y convirtiéndola en no apta para consumo. Este caso compromete al río
Grande de los Estados Unidos y al sagrado Ganges, que corren riesgo de secarse
por completo.
El calentamiento global es un gran fantasma que crece a
medida que se acumulan gases en la atmósfera. Los patrones de lluvias y
evaporación se modifican e influyen así sobre la calidad y cantidad de agua disponible
en los ríos. Esta variable se deja sentir en el río Indus, que depende de los
glaciares del Himalaya, y en el Nilo, que transita por zonas muy áridas y
superpobladas. El cambio climático secará aún más la zona, incrementará la
evaporación y, con ella, entrará en peligro la producción pesquera, aumentará
la necesidad de riego y también las tensiones políticas entre los países por
donde pasan esos cauces.
La presencia de especies invasivas se refiere tanto a
plantas como a animales introducidos –intencionalmente o no– en una zona donde
no evolucionaron de manera natural. Un fiel ejemplo de este mal es la cuenca
hidrográfica Murray-Darling, que cruza Australia. En sus aguas se sembraron por
lo menos once especies de peces, entre los que se encuentra la carpa, cuyos
hábitos alimenticios dificultan el crecimiento de vegetación acuática de la que
dependen las especies nativas. Otra especie es el pez mosquito, que se sumó
como depredador de ese insecto. El resultado fue que nunca atacó a quien debía,
sino a otros peces.
Hogar de más de 1.200 variedades de peces, el río Mekong (en
la península Indochina) es uno de los más productivos para la pesca. Sin
embargo, la abundancia llevó al empleo de métodos ilegales de pesca –como
electroshock con baterías de autos o envenenamiento– y a la extracción
desmedida que hace peligrar esta fundamental fuente de alimentación.
Finalmente, la contaminación es la amenaza más popular. La
industrialización trajo consigo grandes avances económicos, pero también
inmensos problemas a las aguas que son depositarias de químicos y desechos de
todo tipo. Un caso exponencial es el río Yangtze, en China, cuya contaminación
aumentó en 73% en los últimos 50 años.
Más allá de mostrar un cuadro de la realidad acuífera, este
estudio llegó a la conclusión de que, si bien existen soluciones posibles para
recuperar la salud de los ríos, ninguna de ellas será efectiva si no es
acompañada por la cooperación social, económica y política.
Como corolario puede añadirse la previsión del World Economic
Forum: “El mundo experimentará un déficit de agua del 40% según los cálculos de
oferta y de demanda de este recurso –renovable pero no inagotable– hacia 2030”. Insiste en que el agua
no sólo asegura la supervivencia humana sino también el bienestar social y el
desarrollo económico, y que es un recurso que no puede sustituirse por ningún
otro.
Los 10 ríos en peligro son:
• Salween // China,
Myanmar y Tailandia
• Danubio // Europa
del este (19 países)
• Río de la Plata // Paraguay, Brasil,
Argentina, Uruguay y Bolivia
• Ganges // Nepal,
India, China y Bangladesh
• Río Grande //
México y USA
• Indus //
Afganistán, Pakistán, India y China
• Nilo // África (10 países)
• Murray-Darling // Australia
• Mekong // Laos,
Myanmar,
Tailandia, Camboya y Vietnam
• Yangtze // China (6.300 km)
Nota Publicada en revista Lugares 194