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sábado, 21 de julio de 2012

Los expertos cuentan como serán los smartphones del mañana


El HTC One X, un smartphone de alta gama con Android.

Los avances tecnológicos son tan vertiginosos que se hace difícil imaginar lo que vendrá. En este sentido, muy poco hay en común entre cualquier celular de ahora y el StarTAC de Motorola que, lanzado en 1996, fue conocido como el primero con formato clamshell (con tapita) o con el famoso Nokia 1100, que con su formato candy bar (barra) fue lanzado en 2003 con funciones básicas y una pantalla monocromática de 96 x 65 pixeles. Este modelo fue el celular más vendido del mundo, con más de 250 millones de unidades despachadas

DIXIT

  • "Los usuarios no quieren hacer clic ni navegar por menús. Quieren la información ya mismo delante de sus ojos. Por eso, Windows Phone no estará basado en íconos, sino en mosaicos activos que se actualizarán constantemente sin que el usuario deba hacer algo." Fabricia Degiovanni, directora del segmento de Canales de Consumo de Microsoft para Argentina y Uruguay
  • "La evolución de los teléfonos móviles se da por ciclos que duran entre 2 y 3 años, y dependen de cómo cambien las tecnologías que componen los equipos; por ejemplo, la pantalla, la batería, el audio y el sistema operativo, entre otros." Tomás Ferrari, gerente de producto y servicio de celulares de Samsung Electronics.
  • "El usuario enchufará un dispositivo a la pared y éste cargará la batería del celular por inducción. Entonces si el usuario tiene varios de estos aparatos enchufados en su casa, en realidad apoyará su teléfono en el escritorio o en la mesa de noche y, sin que se dé cuenta, comenzará a cargarse su batería." Germán Greco, director de producto de Motorola Mobility
  • "Los teléfonos están cambiando nuestras vidas, y en unos años se convertirán en algo así como nuestro sexto sentido digital, ya que sabrán qué estamos pensando, qué queremos hacer e incluso qué es lo que estamos necesitando." Rob Chandhok, vicepresidente de la división Qualcomm Internet Services, presidente de Qualcomm Innovation Center, Inc. y vicepresidente senior de la división Qualcomm CDMA Technologies
  • "Cargar permanentemente un hardware con una pantalla de 5" es realmente incómodo porque ni siquiera se puede guardar en el bolsillo del jeans. Por eso, el usuario preferirá en el futuro llevar un teléfono más pequeño, y cuando quiera leer textos largos probablemente lo haga desde una tablet u otro dispositivo que le resulte más cómodo para este fin." Axel Meyer, Head of Design, Emerging Platforms de Nokia 
  • "En breve comenzaremos a ver aplicaciones que combinan los datos de geolocalización de un usuario con sus hábitos de consumo. De esta manera, el dispositivo tendrá la inteligencia suficiente para enviarnos recomendaciones según donde nos encontremos. Quizás en 2013 se lancen aplicaciones de este tipo que nos avisen cuando nos encontramos cerca de una sucursal de nuestra cadena de restaurantes favoritos." Américo Tomé, director de productos de Intel Latinoamérica

Fuente: La Nación

martes, 10 de julio de 2012

Tecnología, lo que veremos en 10 años


Laboratorio de Intel. / M. A. M.

No hay nada como echar un vistazo a los centros de investigación de Microsoft, Samsung, Google, IBM o Intel para darse cuenta: vivimos en la prehistoria digital. Las grandes firmas tecnológicas se dejan varios miles de millones de euros cada año para sus inventos. Pero, el 99% de los proyectos fracasan, el resto sobrevive y solo uno o dos acaban transformándolo todo. Intel presentó recientemente en San Francisco su particular batería de ideas para revolucionar el hogar, el coche o el trabajo. No hay gafas futuristas como las de Google, pero sí un buen puñado de apuestas.

Las más peculiares giran en torno al coche del futuro. Según la compañía, que emplea a más de un millar investigadores en innovación y desarrollo, en poco más de una década los automóviles estarán conectados a Internet y equipados con todo tipo de sensores inteligentes que les conectarán a su entorno. Podrán, por ejemplo, intercambiar información de accidentes con otros coches y sugerir nuevas rutas o recibir alertas sobre la gasolinera más cercana y barata. Todo en tiempo real y sobre la marcha.

Brian David Johnson, investigador jefe de Intel, asegura que los automóviles se convertirán en sistemas inteligentes de computación en lugar de carrocería sobre ruedas. Para demostrarlo señala una de los proyectos en los que la compañía lleva años trabajando en colaboración con la Universidad de Carnegie Mellon: faros capaces de no iluminar la lluvia durante la noche para reducir reflejos y mejorar la visibilidad del conductor.

Equipados con una pequeña cámara ultra-rápida, un procesador y un software, predicen cómo caerán las gotas de lluvia para evitar iluminarla. Todo en 13 milisegundos y con una precisión del 70%. Es un prototipo, pero Intel asegura que podría llegar al 90% de precisión y a un coste asequible para los fabricantes. ¿Veremos también coches autónomos sin conductor? “Estoy convencido de que sí, en cinco o  diez años estarán en las carreteras”, dice Johnson.

El hogar es el otro espacio que la tecnología lleva años soñando conquistar, aún sin éxito. Intel apuesta por un aspecto concreto: la seguridad, convertir el cuerpo en las llaves que nos abran la puerta de casa o enciendan el horno o las luces con un gesto. Richard Libby, investigador de la compañía, explica el sistema en el que trabaja. “Basta una pequeña cámara integrada en la puerta de entrada y una pantalla táctil. Llegamos, la cámara nos reconoce, acercamos los dedos a la pantalla, lee nuestras huellas dactilares, y dentro. El mismo concepto se puede aplicar a los coches: abrimos con la huella dactilar, el volante nos identifica al tocarlo, el vehículo arranca solo y el asiento o la música se ajustan automáticamente a nuestras preferencias”, dice Libby.

En el lugar de trabajo, el reconocimiento de voz, otra de las grandes promesas, podría empezar a utilizarse en los próximos años. Una muestra: un video chat que transcribe la voz en texto y lo traduce al instante al idioma seleccionado. En una videoconferencia con un proveedor chino, por ejemplo, al otro lado verían nuestra imagen, oirían el castellano sin entender ni jota, pero leerían nuestras palabras en texto traducidas al chino en tiempo real, y viceversa. Como siempre, el problema está en los errores, en la precisión, aún lejos de lo aceptable, pero sus creadores son optimistas. “Nada que el avance tecnológico no pueda resolver”, aseguran.

Otro frente abierto: ir de compras. Intel apuesta por innovaciones como Scott Bot, un robot con cabeza de Kinect, la consola de Microsoft, que recorre los pasillos de las tiendas creando mapas con la ubicación de los productos. Al dueño del negocio le permite conocer el nivel de inventario en cada momento y al consumidor acceder en el móvil al mapa de la tienda. Se acabó desesperarse en busca del paquetito de sal, el teléfono lo localiza al instante y, además, con ofertas y descuentos.

La tecnología podría jubilar también los probadores. ¿Por qué no probar unos pantalones o un vestido digital en lugar de hacerlo físicamente talla a talla, color a color? Un software junto a una Kinect ya permite sustituir el espejo del probador por una gran pantalla. En ocho segundos digitaliza nuestra imagen y la convierte en un avatar. Delante de la pantalla vamos probando la ropa (digital); nos giramos, el avatar se gira, levantamos los brazos, el avatar los levanta… ¿Ventajas? “!Es mucho más rápido y divertido!”, dice la investigadora responsable del proyecto.

Otras ideas más sencillas quizás acaben funcionando más rápido, como la web en 3D. “Hemos desarrollado el estándar XML3D para que cualquier programador pueda crear páginas web con imágenes en 3D en poco tiempo y a bajo coste”, dice Kristian Sons, investigador del Instituto Alemán de Inteligencia Artificial, que trabaja con Intel en esta iniciativa.

Los avatares para chatear por el móvil son otro ejemplo. En lugar de utilizar vídeo sobre la red celular (como Facetime en iOS), ya es posible utilizar avatares que transmiten expresiones faciales básicas, si nos reímos, si cerramos los ojos, pero no la imagen completa, reduciendo así el consumo del plan de datos. Pequeños avances que tal vez algún día veamos en nuestras pantallas.

“¿Por qué siguen existiendo los tenedores, las cucharas y los cuchillos? Porque cada uno es bueno en una cosa. Lo mismo ocurre con la tecnología”. Así de sencillo explica Genevieve Bell cómo cree que será el panorama en 10 años. “Cada país será un mundo, como hoy, y seguiremos utilizando un montón de aparatos, como hoy”. Diferente, pero igual. “Es una de las cosas más importantes que necesitamos entender sobre el futuro: continuará siendo diverso, con múltiples servicios de Internet, aparatos y preferencias de la gente en cada país”.

Bell, antropóloga, lidera en Intel un equipo de 100 investigadores, psicólogos, sociólogos, ingenieros y diseñadores cuya misión es observar a la gente y predecir cómo utilizaremos la tecnología en 10 o 20 años. “Fácil, ¿eh?”, se ríe. “Hay cosas que jamás cambiarán, siempre necesitaremos pertenecer a un grupo social y los servicios y tecnologías que lo faciliten, hoy Facebook, mañana otra cosa, triunfarán”, dice.

Y señala el mayor cambio que, según ella, veremos en la próxima década: “Nos estamos moviendo de la interacción con la tecnología a la relación con la misma. Ahora ordenamos a los aparatos qué hacer, envía un email, imprime, enciéndete. Poco a poco aprenderán nuestros hábitos y harán muchas de esas cosas automáticamente. Será una relación, no una interacción”.

Fuente: El País

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