El anuncio se realizó durante la 38. sesión del Comité de Patrimonio del organismo en Doha, Qatar, donde se decidió por unanimidad que esta columna vertebral del Imperio Inca, que conectaba centros de producción, administrativos y ceremoniales, fuera finalmente Patrimonio Mundial y reconocida internacionalmente como un itinerario cultural transnacional.
Lo inédito de esta gran decisión es que, por primera vez, seis países sudamericanos -Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú- que desde hace más de diez años trabajan en conjunto en un proceso original y de innovadora cooperación regional, realizaron la postulación conjunta que finalmente tuvo su reconocimiento.
La inclusión por unanimidad del Qhapaq Ñan, que cuenta con 310 sitios arqueológicos, es la nominación más grande de la historia del Patrimonio Mundial.
El Qhapaq Ñan fue la columna vertebral del poder político y económico del Tawantinsuyo, el Estado Inca y se constituyó como una red de caminos de alrededor de 30.000 kilómetros de largo que conectaba centros de producción administrativos y ceremoniales, cubriendo una extensa área geográfica, que va desde el centro oeste de Argentina y Chile hasta el sur occidente de Colombia.
A lo largo de la historia, esta red caminera que atraviesa la cordillera de los Andes fue utilizada para el traslado de pueblos, de ejércitos de más de 40.000 personas así como el tránsito de caravanas de llamas para el transporte de mercancías y materias primas. Su magnitud vinculaba las tierras bajas cálidas desiertas del Pacífico con las húmedas de la Amazonia, y con las zonas medias y el frío altiplano andino.
En Argentina, donde se conservan 119 kilómetros, atraviesa siete provincias. En esta región los Incas construyeron entre 2.500 y 3.000 kilómetros de carreteras que cruzaban el altiplano, valles y desiertos para llegar al territorio chileno, a través de las montañas.
La sección Complejo Ceremonial Llullaillaco, que transcurre entre los 4800 y 6670 metros sobre el nivel del mar, es el ejemplo más sorprendente de cómo los Incas dominaban las cimas de los cerros, donde construyeron caminos y edificios a mayor altura que ninguna otra población de la historia.
Como parte de una tradición que tuvo de protagonistas a los espíritus de los cerros (apus), en Argentina se han registrado más de un centenar de santuarios, de hecho, en el Collasuyo -la región más austral del imperio incaico-, y en el noroeste argentino, se albergan la mayor parte de los santuarios de altura de esta civilización.
Este sistema vial, que revela una gran tecnología de 2.000 años de historia, es una herencia concreta del patrimonio cultural inmaterial, el traslado de personas, el transporte de bienes y recursos; los conocimientos, las ideas y los dioses.
Las celebraciones de la designación como Patrimonio Mundial de la Unesco serán el próximo miércoles con autoridades de los seis países en el importante sitio arqueológico Pachacámac, un antiguo oráculo de la época prehispánica y uno de los más consultados del mundo andino.
Fuente: El Sol Online
No hay comentarios:
Publicar un comentario