Vista por satélite del mar de Aral, clasificado como "colapsado". (EM) |
El
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha participado en el
desarrollo de una metodología para la creación de una Lista Roja que contemple
el riesgo de extinción de los ecosistemas, que ha sido publicada en la revista
'Plos one'. Su objetivo será evaluar el peligro que tienen estos ecosistemas de
sufrir un colapso, lo que implicaría la pérdida de sus características
abióticas y bióticas esenciales.
La
metodología propone cinco criterios para evaluar el riesgo de colapso de cada
ecosistema: la reducción en la distribución geográfica del ecosistema, la
reducción de su tamaño o área de ocupación, la tasa de degradación ambiental
abiótica, la tasa de perturbaciones sobre los procesos bióticos y la
cuantificación del riesgo de colapso.
"Este
protocolo está pensado para ser aplicable en ecosistemas terrestres,
subterráneos, acuáticos y de transición, así como para ambientes seminaturales
y antropizados. Una comisión creada por la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza estudiará cada propuesta e integrará las ideas
que considere oportunas", asegura Francisco Comín, investigador del
Instituto Pirenaico de Ecología.
El
análisis pormenorizado de cada uno de ellos da lugar a una clasificación global
final dentro de las diferentes categorías de riesgo. Según el artículo, la
Lista Roja está pensada para poder identificar el riesgo de los ecosistemas de
perder su biodiversidad, sus funciones ecológicas y los servicios que el
ecosistema produce. No obstante, el detrimento de algunas de estas
características puede actuar en beneficio de algunas otras, por lo que es
complejo establecer las relaciones entre todas ellas.
Para
conseguirlo, tal y como asegura Francisco Comín, "primero construimos un
marco de conceptos genéricos y modelos derivados de diferentes teorías
ecológicas y, en segundo lugar, propusimos los requisitos o mínimos para
convertir estos conceptos en estimaciones práctica". Según el investigador
del CSIC, "el equipo ha decidido resaltar los riesgos sobre la biodiversidad
como objetivo principal de la Lista Roja de Ecosistemas, ya que es el
componente vital para ellos".
La
prueba de fuego
La
metodología propuesta está acompañada de 20 casos de estudio donde ha sido
aplicada. Los investigadores han utilizado este protocolo para evaluar, por
tanto, 20 ecosistemas diferentes del mundo. Según sus resultados, este es el
nivel de riesgo de colapso para cada uno de ellos:
Colapsado
|
Mar de Aral,
Uzbekistán-Kazajistán
|
En peligro
crítico
|
Bosques riparios
del río Senegal
Turberas elevadas
(Alemania)
Matorrales
arenosos de fynbos (Sudáfrica)
Lagunas Coorong y
esturario del Murray (Australia)
Manantiales
kársticos (Australia)
|
En peligro/En
peligro crítico
|
Pantanos arenosos
costeros (Australia)
Pantanos,
marismas y lagos de Murray-Darling (Australia)
Bosques de
laminariales gigantes (Alaska)
Arrecifes de
coral del Caribe (Atlántico noroeste)
|
En peligro
|
Bosques de Eucalyptus
coolibah (Australia)
Vegetación
pionera de tamariscos (Europa)
Matorrales de vid
semiperenne (Australia)
Bosques de tapia
(Madagascar)
|
Vulnerable/En
peligro crítico
|
Praderas marinas
(Australia)
|
Vulnerable/En
peligro
|
Praderas alvar de
los Grandes Lagos (Canadá)
|
Vulnerable
|
Zonas inundables
de bosques de eucaliptos rojos (Australia)
Carrizales
(Europa)
|
Preocupación
menor
|
Matorrales de
tepúis (Venezuela)
Planicies
arenosos y de grava sobre rocas graníticas (Nueva Zelanda)
|
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