Los
cambios en el clima están estrechamente vinculados a la violencia humana en
todo el mundo. Incluso desviaciones relativamente pequeñas de la temperatura
normal o las lluvias han incrementado sustancialmente el riesgo de conflicto en
la antigüedad o en la actualidad, según un nuevo estudio realizado por
investigadores de la Universidad de California en Berkeley, y la Universidad de
Princeton, ambas en Estados Unidos.
Los
resultados, que cubren todas las principales regiones del mundo, con datos
procedentes de Brasil, China, Alemania, Somalia o Estados Unidos, y muestran
patrones similares de conflictos vinculados a los cambios climáticos, como el
aumento de las sequías o un incremento de la temperatura media anual, aparecen
publicados en la revista 'Science'. Con la
acumulación de más datos que otros estudios previos, los autores fueron capaces
de demostrar que el clima de la Tierra desempeña un papel más influyente en los
asuntos humanos de lo que se pensaba.
Algunos
ejemplos que expone esta investigación son los picos de la violencia doméstica
en India y Australia, el aumento de agresiones y asesinatos en Estados Unidos y
Tanzania, la violencia étnica en Europa y Asia del Sur, invasiones de tierras
en Brasil, el uso de la fuerza de la policía en Holanda, los conflictos civiles
en los trópicos, y hasta los colapso de los imperios mayas y chinos.
El
nuevo estudio podría tener implicaciones importantes para la comprensión del
impacto del futuro cambio climático en las sociedades humanas, ya que muchos
modelos climáticos globales proyectan un incremento de la temperatura global de
por lo menos 2 grados centígrados durante el próximo medio siglo.
"Hemos
recogido 60 estudios existentes que contienen 45 conjuntos de datos diferentes
y volvimos a analizarlos y a obtener resultados mediante un marco estadístico
común. Los resultados fueron sorprendentes", explica Solomon Hsiang, autor
principal del estudio, que era un becario postdoctoral en Ciencia, Tecnología y
Política Ambiental de la Universidad de Princeton durante el proyecto de
investigación y ahora es profesor adjunto de Política Pública en la Escuela
Goldman de la Universidad de California en Berkeley.
El
último estudio ha adoptado una definición amplia de los conflictos y utiliza
los métodos de investigación, más que volver a evaluar lo encontrado en los
estudios cuantitativos más rigurosos publicados desde 1986, para examinar los
aspectos del clima como la lluvia, la sequía o la temperatura, y su asociación
con diversos formas de violencia.
Para
determinar si existía una relación entre el clima y los conflictos en múltiples
niveles de la organización social, los investigadores estudiaron si la evidencia
de un vínculo es coherente dentro de cada uno de las tres grandes categorías de
conflictos: la violencia personal y el crimen como asesinato, asalto, violación
y violencia doméstica; la violencia intergrupal y la inestabilidad política,
como guerras civiles, disturbios, violencia étnica e invasiones de tierras; y
alteraciones institucionales, como cambios bruscos e importantes en las
instituciones de gobierno o el colapso de civilizaciones enteras.
Los
científicos encontraron que los tres tipos de conflicto exhiben respuestas
sistemáticas y grandes a los cambios en el clima, con el efecto sobre el
conflicto intergrupal como el más pronunciado en términos porcentuales. Además,
vieron que el conflicto responde más consistentemente a la temperatura, con una
relación positiva entre las altas temperaturas y una mayor violencia en 27
estudios, usando un enfoque en el que se convirtió el cambio climático en
unidades específicas de ubicación conocidas para los estadísticos como
desviaciones estándar.
"Encontramos
que un solo turno de desviación estándar hacia condiciones más cálidas hace que
la probabilidad de violencia personal aumente un 4 por ciento y el conflicto
intergrupal crezca un 14 por ciento -dijo Marshall Burke, coautor principal
del estudio y estudiante de doctorado en el Departamento de Agricultura y de
Economía de los Recursos de Berkeley-. Para hacerse una idea de la escala,
este tipo de cambio de temperatura es aproximadamente igual a calentar un país
africano en 0,4 ° C durante todo un año o calentar un condado de Estados Unidos
3 ° C un mes. Estos son cambios moderados pero tienen un impacto considerable
en las sociedades".
"A
menudo pensamos en la sociedad moderna, en gran medida independiente del medio
ambiente, debido a los avances tecnológicos, pero nuestros hallazgos desafían
esa idea", argumentó el coautor del estudio Edward Miguel, profesor de
Medio Ambiente y Recursos Económicos de Oxfam y director del Centro para la
Acción Global Eficaz (CEGA) de UC-Berkeley.
"En
la actualidad, hay varias hipótesis que explican por qué el clima puede influir
en el conflicto. Por ejemplo, sabemos que los cambios en la forma del clima
prevalecen sobre las condiciones económicas, en particular en las economías
agrarias, y los estudios sugieren que las personas son más propensas a tomar
las armas cuando la economía se deteriora, tal vez en parte para mantener sus
medios de subsistencia", explica Hsiang.
No
obstante, Burke cree que es muy probable que haya múltiples mecanismos en
juego, ya que ninguna teoría explica toda la evidencia. Si bien el estudio
encuentra una fuerte evidencia de que los fenómenos climáticos pueden ser una
causa de conflicto, los investigadores destacaron que no se señalan al clima
como la única o principal causa de conflicto, advirtiendo de que las dinámicas
de los conflictos son complejas y siguen siendo poco conocidas.
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