Continúa el alerta por el volcán Copahue. |
A priori, esta coyuntura puede explicarse porque buena parte
de la región está atravesada por el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, en
el que se encuentra más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo y
en donde se registra cerca del 85% de los seísmos que sacuden al planeta.
"Este tipo de fenómenos están ocurriendo en una zona
donde la actividad volcánica y sísmica es normal. A veces pueden ocurrir
coincidencias... Los procesos geológicos toman mucho tiempo, cientos, miles de
años", aseguró Marta Lucía Calvache, directora técnica del Servicio
Geológico Colombiano.
Por el momento, la situación más compleja se vive por el
volcán Copahue, a 570
kilómetros al sur de Santiago de Chile, que, tras una
erupción de baja intensidad en diciembre de 2012, ahora presenta unas
probabilidades de erupción del 95%, según el subsecretario chileno del Interior,
Rodrigo Ubilla.
El Gobierno chileno decretó la alerta roja y unas 2.440
personas que viven cerca al Copahue fueron evacuadas. El proceso eruptivo menor que vive el volcán, con un
promedio de 455 seísmos de baja intensidad cada hora, según el Servicio
Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), también llevó a las autoridades
de la localidad turística de Caviahue, en el suroeste de Argentina y cercana al
Copahue, a evacuar a sus 600 habitantes.
Además, el Gobierno de la sureña provincia argentina
de Neuquén también decretó el "estado de alerta" en esa
localidad. "Los vulcanólogos hablan que una erupción se puede producir en
minutos, o en horas o en días, así que vamos a monitorear los primeros tres
días para saber qué está sucediendo en el interior del volcán", indicó el
gobernador de Neuquén, Jorge Sapag.
Mientras tanto, en Colombia se activó la alerta amarilla
para el volcán Nevado del Ruiz, tras presentarse "una
señal sísmica asociada con una emisión de ceniza", según reportó el
Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales.
Por ahora, las autoridades recomendaron a la comunidad
mantenerse alerta a "cualquier cambio que se presente en la actividad del
volcán", cuya erupción el 13 de noviembre de 1985 provocó la desaparición
de la población de Armero (centro-oeste del país) y la muerte de más de 23.000
de sus 25.000 habitantes.
Además, el volcán mexicano Popocatépetl registró en la última semana una
nueva explosión eruptiva que arrojó fragmentos incandescentes a más de un 1,5 kilómetros y una
columna de ceniza de 2
kilómetros sobre el nivel del cráter.
Por esto, el Centro de Prevención de Desastres de México
(Cenapred) mantiene la alerta volcánica en amarillo fase 3, nivel previo a la
evacuación de las poblaciones cercanas al Popocatépetl, situado a unos 55 kilómetros al
sureste de la Ciudad
de México.
A este panorama se suman explosiones con columnas de humo en
los volcanes guatemaltecos de Santiaguito, de Fuego y Pacaya. Este último
podría tener una brusca erupción ya que su cráter ha acumulado lava, según han
advertido las autoridades.
En Costa Rica, registran actividad el Arenal, el Poás y el
Turrialba, este último con una erupción de ceniza que llegó hasta más de 30 kilómetros en
línea recta y que alertó la semana pasada a autoridades y expertos, aunque
finalmente se descartó una actividad magmática en ascenso.
Y en Ecuador, el Tungurahua se encuentra activo y en un
nivel considerado como "moderado bajo", según el último reporte del
Instituto Geofísico fechado el 27 de mayo, cuando también se informó de que el
volcán Reventador presenta un nivel "moderado" de actividad.
"Es claro que el manejar el riesgo no es una cuestión
de vulcanólogos sino una cuestión social. Qué tantas personas viven cerca, qué
tipo de volcán es y qué medidas se pueden tomar. Por ejemplo, la caída de
cenizas no es letal pero los flujos piroclásticos sí lo son", comentó
Calvache.
Y aunque una erupción, como otros fenómenos naturales, es
incontrolable, según la experta de la agencia gubernamental colombiana, "si
hay una comunidad informada se puede responder adecuadamente y evitar que
ocurra una tragedia" asociada. Una preocupación que, de momento, no tienen
países como Brasil, Honduras, El Salvador y Panamá, donde no hay volcanes
activos.
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