Iceberg en el Este de Groenlandia. (J. Finkelstein) |
En Julio de 2012 se produjo un deshielo masivo de la superficie de
Groenlandia, el más extremo registrado desde que se comenzó a observar la
región con satélites hace 30 años. Durante unos días de ese mes, un 97% de la
superficie helada de la gran isla se derritió, para luego recuperarse en el
invierno.
El Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de Estados Unidos (NSDIC,
en sus siglas en inglés), inspirado por dicho fenómeno, ha lanzado una web para
monitorear el derretimiento de la isla, presentar pruebas en tiempo real de ese
efecto y aportar análisis de expertos en el tema.
Con gráficas y todo tipo de contextualización y análisis, el análisis
del NSDIC busca arrojar luz sobre este derretimiento, un fenómeno muy
preocupante aunque de momento no suponga un riesgo catastrófico. Las zonas
costeras de la isla sufren grandes deshielos, pero en altitudes cercanas a los
2.500 y 3.000 metros no se ha producido ningún derretimiento.
Grandes deshielos
La superficie helada de Groenlandia suele recuperarse del derretimiento
del verano con las nieves de invierno. Pero en las últimas décadas la masa de
hielo se ha visto reducida. Actualmente contiene grandes cantidades de agua
fresca que, si se añadiera al océano podría provocar inundaciones en zonas
costeras de todo el mundo.
Desde septiembre de 2012, las temperaturas se han mantenido más bajas
de lo normal, como consecuencia del exceso de moléculas de metano, procedente
de las tundras canadiense y siberiana, y del CO2 de la quema de combustibles
fósiles. En definitiva, del cambio climático.
Los análisis en tiempo real y la información registrada desde 1981
permitirán a los científicos del NSDIC comparar el deshielo de 2013 con el de
años pasados para cuantificar el verdadero daño que se está produciendo y si el
caso extremo de 2012 se repetirá o no.
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