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"Tenemos que trabajar en serio en favor de un futuro mejor para las
generaciones presentes y venideras. Tenemos una valiosa oportunidad en los
próximos días y debemos hacer pleno uso de ella", añadió.
En la misma línea,
la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC), Christiana Figueres, indicó que en numerosos
informes publicados poco antes de Doha apuntan a "la urgencia" de
actuar para evitar un aumento de las temperaturas medias globales por encima de
dos grados grados centígrados, ya que por encima de este nivel el impacto será
"extremadamente grave".
De hecho, un
análisis publicado por el Banco Mundial muestra que el mundo todavía podría ver
subir las temperaturas por encima de los cuatro grados centígrados para finales
de siglo, lo que tendría "efectos devastadores" si no se cumplen los
acuerdos actuales de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este sentido, la Organización
Meteorológica Mundial también ha señalado que las
concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera han alcanzado un
nuevo máximo histórico. Mientras, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió que la brecha entre lo que se necesita
en términos de reducción de las emisiones de mantenerse por debajo de dos
grados centígrados y lo que han prometido los países sigue aumentando, no
reduciéndose.
Sin embargo, todos
los informes subrayan que la tecnología, la financiación y las posibles
políticas para permanecer por debajo de los dos grados centígrados ya están
disponibles, siempre que los gobiernos y las sociedades tomen las medidas
necesarias "lo suficientemente rápido".
"Los análisis
de expertos siempre dicen que tenemos la posibilidad de seguir en el camino y
que actuar ahora es más seguro y mucho menos costoso que retrasarse. En los
últimos tres años, las políticas y las acciones en favor de un futuro
sostenible basado en la energía limpia han crecido más rápido que nunca, pero
la puerta se está cerrando rápidamente porque el ritmo y la escala de estas
acciones es simplemente insuficiente", explicó Figueres. A su juicio,
Doha debe facilitar una solución "a largo plazo".
En este contexto,
los principales objetivos que los gobiernos se han fijado para la COP 18 son garantizar la
continuación ininterrumpida del Protocolo de Kyoto a partir del 1 de enero
2013; planificar el trabajo en la
Plataforma de Durban; completar el Plan de Acción de Bali; y
completar la nueva infraestructura y trazar el camino que seguir en
financiación a largo plazo.
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