El proceso de fabricación de una tráquea sintética Instituto Karolinska. |
La mayor parte de los científicos buscan el remedio
infalible contra las llamadas enfermedades incurables. El cáncer, la gran lacra
de nuestro siglo, se lleva cada año millones de víctimas. A simple vista no hay
remedio posible para combatirlo. Pero, ¿qué pasaría si nuestro cuerpo
regenerase las células necesarias para fabricar un órgano sano? La respuesta la
tiene el Instituto Karolinska en Estocolmo con el doctor Paolo Macchiarini a la
cabeza que, desde 2008, se dedica a la conocida como medicina regenerativa o
ingeniería de tejidos. Esto es, “la fabricación de sustitutos biológicos para
mantener, restaurar o mejorar la función de los órganos y tejidos en el cuerpo
humano”.
Uno de los objetivos principales de estos ingenieros de tejidos
es alejarse de lo mecánico y producir algo lo más humano posible. Si hasta
ahora se trasplantaban máquinas que simulaban las funciones de nuestros
órganos, con esta técnica sueca no será necesario implantar miembros de otros
cuerpos ni crearlos en el laboratorio, sino simplemente regenerar el propio con
sus células.
Andamios para hacer órganos
Andemeriam Beyene ha sido uno de los primeros privilegiados
en probar esta tecnología. Tras sufrir un cáncer de tráquea el equipo del
Instituto Karolinska le ha implantado una sintética creada a partir de sus
propias células. El mecanismo: sembrar con células madre extraídas de su médula
ósea la nueva tráquea hecha de un plástico poroso y fibroso. Esto hizo que
Beyene se despidiera del tumor. Sobrevivió.
Los avances en el conocimiento de las células madre es
primordial en casos como el de este joven de 39 años. Aquí los ingenieros
aprendieron más sobre lo que se conoce como andamios, cuyo cometido es el de
sostener a las células en su debido lugar. Este andamio sintético fabricado por
científicos de la
University Collage London usó la traquea natural del paciente
a modo de plantilla. Después y para lograr que el órgano funcionase, se
rellenaron de células madre los diminutos espacios que tenía el plástico. Durante
dos días la traquea se fue revistiendo de las células necesarias para su
articulación. Al tercero se procedió a trasplantárselo al paciente. Tras la
cirugía, el paciente tosió y sangró. Si lo hacía viviría. Y así fue. Una
tráquea sana necesita células especializadas como las que producen mucosidad
para trabajar correctamente. Gracias a ellas evitamos que nos dañen infecciones
mortales. Otro dato importante es que el cuerpo no rechazó el trasplante porque
habían sido sus propias células las encargadas de regenerar el órgano. De hecho, ni siquiera necesitó tomar
fármacos inmunosupresores, algo esencial en estos casos.
Eliminar las operaciones
Entre las investigaciones que el doctor Paolo Macchiarini
tiene previstas próximamente, se encuentra aquella donde se eliminaría incluso
el andamio sintético para reemplazarlo por medicamentos. Ingerir un fármaco
específico permitiría al cuerpo reconstruir su propio andamio sin necesidad de
operación alguna y por tanto, se acabaría eliminando la enfermedad del organismo.
El éxito en esta innovación de la biomedicina y la cirugía crearía una nueva
alternativa para tumores, malformaciones congénitas o patologías de las vías
aéreas superiores hasta ahora solo tratadas mediante trasplante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario