sábado, 7 de julio de 2012

Londres 2012: lo que comen los atletas


No hay receta para el éxito olímpico en materia de alimentación.
Unos tienen que comer mucho, otros muy poco. Unos tienen que escoger muy bien lo que ponen en su plato, unos pocos pueden ignoran toda restricción. Para todos los deportistas olímpicos, la dieta es un asunto crucial y específico.

Y es que cada cuerpo atlético, alto o bajo, robusto o frágil, es una "máquina" que requiere de combustible específico para obtener el más alto rendimiento.

La repercusión de la dieta sobre el desempeño deportivo lo descubrieron los atletas originales, allá en el siglo VI A.C. Según investigaciones históricas, las hazañas de algunos atletas que consumían muchas proteínas dio inicio a una fiebre de carne entre quienes buscaban la gloria en Olimpia.

"No hay una fórmula para todos los deportes", dice Álvaro García-Romero Pérez, profesor de la facultad de Ciencias de la Salud de la universidad Europea de Madrid y experto en nutrición deportiva.

"No debería ser algo demasiado pensando, ni para deportistas ni para no deportistas. La alimentación debería ser parte de una filosofía de vida y se logra a través de la educación alimentaria", añade Marcia Onzari, jefe de la cátedra de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.

La realidad es que, para algunos, "entrenar" el estómago puede ser casi tan duro como convertirse en el más rápido, el que llega más alto o el más fuerte.

Los que comen mucho

Se volvió leyenda la especie según la cual el nadador estadounidense Michael Phelps, ganador de 16 medallas olímpicas, mantenía una pantagruélica dieta de 12.000 calorías al día (casi cinco veces el promedio recomendado para un hombre adulto).

Se dice que Phelps consume 12.000 calorías al día,
pero algunos creen que se trata de una exageración.
El mismo Phelps lo ha desmentido, y el profesor García-Romero cree que es una exageración. Pero algunos deportes, que Onzari agrupa bajo la categoría de "larga duración o resistencia" sí requieren de cantidades considerablemente superiores de alimentos que el ser humano promedio.

"Esto incluye el maratón, el triatlón, el remo, la natación en aguas abiertas, el ciclismo. Se caracterizan por una demanda de energía muy aumentada. Los deportistas tienen que consumir suficientes hidratos de carbono para tener mucha energía cuando están entrenando o compitiendo, junto con la hidratación", señala Onzari.

Los alimentos fuente de hidratos de carbono incluyen los cereales, la avena, la cebada, el trigo, el maíz, las harinas, las legumbres y ciertas frutas y verduras, como la papa o el choclo.

Aunque según el profesor de la universidad Europea de Madrid, la clave está en "la alimentación sostenida durante los largos períodos que supone el entrenamiento", las experiencias varían de un atleta a otro.

En un artículo reciente en la prensa local, la nadadora de aguas abiertas Keri-Ann Payne atribuía a una estrategia de alimentación equivocada el haber perdido el campeonato mundial en 2007.

"En mi disciplina lo que hace la diferencia es lo que comes dos días antes de la competencia. Tienes que llenarte de carbohidratos, cosa que no hice. Comerse una montaña de arroz o pasta no es tan divertido como suena", dijo.

Los que comen poco

En el otro extremo están los "deportes de categoría de peso", como el boxeo y las artes marciales, y los "deportes estéticos", como la gimnasia o el nado sincronizado.

El control de peso es fundamental en cada una de estas disciplinas, y puede poner al atleta bajo una fuerte presión frente al tema de la comida.

"Todas las pautas de alimentación saludables son adecuadas, pero tienen una tendencia a los trastornos alimentarios, tienen predisposición a las carencias nutricionales", dice Onzari.

La dieta de Wang Junxia incluye gusanos y sopa de tortuga.
La taekwondista turca Nur Takar, por ejemplo, sigue una dieta de 1500 calorías al día, unas 500 por debajo de lo recomendado para una mujer promedio.

Por contraste, la atleta surcoreana Son Yeon-Jae, de la especialidad de gimnasia rítmica, causó cierta polémica cuando habló públicamente de su estricto régimen alimenticio, por el cual come "como un pajarito: sólo desayuno y almuerzo, y en cantidades limitadas".

"La vida es dura estos días", dijo en una entrevista en mayo pasado.

Para García-Romero, éticamente no es correcto someter a ningún atleta a este tipo de dieta.

"No se debe. Por encima del atleta está la persona. En el mundo del deporte nos fijamos a veces sólo en la época deportiva, y tendríamos que pensar en lo que pasa con esas personas después", opina.

Los que comen alimentos específicos

Aquí se ubican los deportistas de fuerza, como los levantadores de pesas o los lanzadores de martillo. "Estos requieren un aumento en la cantidad de energía en su alimentación para lograr aumento de masa muscular, lo cual requiere proteínas, creatina, suplementos ganadores de peso", explica Onzari.

Según García-Romero, esto tampoco es recomendable. "Si a una persona le estas dando proteínas por mucho tiempo, es posible que tenga problemas renales y hepáticos", dice.

Otra historia es la de los atletas que evitan o se concentran en ciertos alimentos, porque los consideran clave para su éxito. O por simple gusto.

Un caso célebre es el de la maratonista china Wang Junxia, cuya dieta incluye gusanos, hongos de oruga y sopa de tortuga.

El basquetbolista canadiense Steve Nash es gran fanático de las nueces y las semillas.

Otros, como el maratonista estadounidense Michael Arnstein, abogan por una dieta ya no vegetariana, sino estrictamente frutal. "Hay muchos beneficios, tanto para la persona que la sigue como para el planeta en que vivimos", escribe su blog.

Los que comen lo que quieren

Mientras algunos atletas siguen estrictos regímenes alimenticios, algunos aseguran que comen lo que quieren.

Ennis asegura que la dieta de los atletas es normal.
El corredor estadounidense Tyson Gay forma parte del primer grupo. Según declaraciones recientes, su nutricionista se asegura de que consuma 230 gramos de proteínas, 308 gramos de carbohidratos y 70 gramos de grasas diariamente.

En el otro extremo, el nadador del mismo país Ryan Lochte no parece creer en nutricionistas.

"La nutrición es la última cosa de la que me preocupo. Come lo que sabe bien. He estado comiendo McDonald´s para cada comida desde que llegué aquí. Y creo que me ha ayudado", dijo durante los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.

Un poco menos radical es la heptatlonista británica Jessica Ennis. "Todo el mundo me dice que debo estar sometida a una estricta dieta, pero ése no es el caso. Como ensaladas y vegetales, pero también chocolates. Los atletas comen comida normal", señaló recientemente.

Así que no hay una sola receta para el éxito olímpico. Según algunos especialistas, el sentido común tendría que ser la pauta, de cara a conservar la salud en el largo plazo.

Aunque para el profesor Álvaro García-Romero, los extremos se comprenden en el texto: "yo entiendo que un deportista que entrena de una cierta manera, va a tener una repercusión económica, a lo mejor va a trabajar un número limitado de años y a vivir después de la renta; igual eso sí que es sano", dice.

Fuente: BBC

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