Los científicos han concluido que el calor generado por las
actividades diarias en las áreas metropolitanas altera el carácter de la
corriente en chorro, un flujo de aire rápido y estrecho que se encuentra en la
atmósfera, y otros sistemas atmosféricos importantes, según un estudio reciente
que muestra el grado en que las actividades humanas están influyendo en la
atmósfera.
Esto afecta a las
temperaturas a través de miles de kilómetros, calentando significativamente
algunas áreas de refrigeración, según la investigación, publicada en Nature
Climate Change.