Foto:
ANSGAR WALK/WIKIMEDIA COMMONS
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La
superficie de la capa de hielo ártica que se alcanzará tras el deshielo propio
del verano podría ser la sexta más reducida desde que se tienen registros,
mientras que la Antártida alcanzará extensiones máximas este año, según ha
informado la NASA.
Además,
los datos recogidos a través de satélites desde 1978 indican que los diez
valores más bajos registrados en el Ártico se han producido en la última
década. Lo que demuestra, según uno de los investigadores del proyecto, Walt
Meier, que la tendencia a largo plazo es "muy baja".
En
concreto, al 21 de agosto de 2013 la extensión de hielo ártico era de 5.830.000
kilómetros cuadrados, en comparación con el mínimo de la serie, dado el año
pasado, de 4.340.000 kilómetros cuadrados - un 50 por ciento más reducida que
la media entre 1979 y 2010-, y el máximo, en 1996, de 8.200.000 kilómetros
cuadrados.
La
organización ha cuantificado a partir de esta información que, en más de 30
años, la capa de hielo septentrional se reduce un 14,1 por ciento cada década,
aunque a partir de 2007 se registró un empeoramiento de la tasa.
LA OTRA
CARA DE LA MONEDA
Por
otro lado, en el lado opuesto del planeta, el mar de hielo del Antártico, que
está en su ciclo de crecimiento anual -allí es invierno-, abarcaba 19.300.000
kilómetros cuadrados el pasado 21 de agosto, superior a los 18.330.000
kilómetros cuadrados de 2012 en las mismas fechas, por lo que se prevé que
alcance su máximo histórico este año.
La
organización indica que la velocidad a la que el Ártico está perdiendo hielo
marino supera la velocidad a la que el hielo marino de la Antártida se está
expandiendo.
En este
sentido, identificar por qué se dan fenómenos tan contrarios, es objeto de
estudio en la actualidad.
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