Un nuevo estudio reveló que 258.000 personas, 133.000 de
ellas niños menores de cinco años, habrían muerto a causa de la hambruna que
asoló a Somalía entre octubre de 2010 y abril de 2012.
Los datos arrojados por la investigación, comisionada por la FAO y la Unidad de Análisis de
Nutrición para Somalía, superaron la cifra de víctimas somalíes del hambre en
1992, estimada en 220.000.
Según el estudio, el peor momento de la hambruna ocurrió de
mayo a agosto de 2011, cuando fallecieron unas 30.000 personas por mes.
Tras la divulgación del informe, la FAO señaló que las lecciones
que dejó esa tragedia deberán ayudar a que la comunidad internacional y la
población del Cuerno de África construyan un futuro más sólido y resistente.
Por su parte, el coordinador humanitario de la ONU en Somalia, Philippe
Lazzarini, calificó como “realmente perturbadoras” las cifras divulgadas en el
documento.
“El estudio confirma que debimos haber hecho más antes de
que declarara la hambruna el 20 de julio de 2011” , lamentó Lazzarini en
un comunicado.
Agregó que las advertencias sobre la crisis que se
aproximaba empezaron desde que se registró la sequía de 2010, que no logró una
reacción suficiente para aliviar la situación humanitaria.
Lazzarini indicó que en las áreas más afectadas fue muy
difícil llegar hasta la gente necesitada, aunque una vez declarada la hambruna,
hubo una movilización masiva de la comunidad humanitaria que ayudó a mitigar la
situación.
El coordinador humanitario recordó que aunque la hambruna se
haya superado, aún hay 2,7 millones de personas que precisan asistencia básica
y medios de subsistencia en Somalía, y afirmó que la ONU redobla esfuerzos para
romper el ciclo de crisis en las comunidades más pobres y vulnerables.
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