Árboles emblemáticos de |
En los años ’80 los científicos descubrieron que una zona de
la estratosfera conocida como la capa de ozono, vital para proteger a la Tierra de los rayos del
Sol, tenía niveles bajos en algunas partes, en especial en una
extensa zona sobre la
Antártida.
Los líderes mundiales acordaron tomar medidas para frenar el
problema y a través de la firma del llamado Protocolo de Montreal (1987)
eventualmente lograron reducir la emisión de los compuestos químicos que
estaban generando la pérdida de ozono, lo que impidió que el agujero siga
creciendo.
Lo que no sabían los expertos entonces es que los efectos de
este fenómeno irían mucho más allá de un aumento en los niveles de radiación UV.
Casi treinta años después de que fuera detectado, un equipo
internacional de científicos halló evidencia de que el agujero en la capa de
ozono provocó un cambio climatológico que afectó notoriamente el crecimiento de
árboles en las regiones más australes del mundo.
El estudio, liderado por el ingeniero forestal argentino
Ricardo Villalba, fue tapa de la edición de noviembre de la revista científica
Nature Geoscience.
Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología,
Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), contó que en las
últimas tres décadas los bosques más emblemáticos de la Patagonia tuvieron la
tasa de crecimiento más baja de los últimos 600 años, como consecuencia del
agujero de ozono.
Cómo están conectados
El motivo de esta baja de crecimiento es una caída de entre
el 20% y el 30% en los niveles de precipitaciones durante los últimos 20-30
años, explicó Villalba.
El agujero en la capa de ozono sobre |
Los expertos investigaron si esta disminución de lluvias
estaba relacionada con fenómenos climatológicos como El Niño o La Niña , pero no encontraron
evidencia que los conectara.
En vez, descubrieron que la caída en las precipitaciones
estaba asociada a otro fenómeno conocido como la Oscilación Antártica
del Hemisferio Sur (OAHS).
"La OAHS
es como un anillo de diferencias de presiones que se forma en la atmósfera del
continente antártico y controla la variabilidad climática en el hemisferio
sur", detalló el experto.
El ciclo consiste de dos fases: la positiva, durante la cual
los vientos del oeste –los que traen las lluvias- se mueven hacia el sur,
provocando una disminución de las precipitaciones, y la negativa, durante la
cual los vientos se mueven hacia el norte y vuelven las lluvias.
Los científicos creen que el agujero en la capa de ozono
generó un cambio en el ciclo de la
OAHS , prolongando la fase positiva.
Eso, según Villalba, habría provocado la mayor sequía y un
aumento de las temperaturas en las zonas alrededor de la Antártida.
Efecto contrario
El equipo del Ianigla descubrió esta anomalía luego de
estudiar los anillos de araucarias y cipreses, dos de los árboles más
característicos de la
Patagonia , que viven entre 500 y 800 años.
Hallaron que tanto en Argentina como en Chile estos árboles
habían sufrido un fuerte retroceso en su crecimiento en las últimas tres
décadas.
Los investigadores analizaron los anillos de más de 3.000 árboles en Argentina, Chile, Nueva Zelanda y Australia. |
Ante esta evidencia, los expertos decidieron contactarse con
sus pares del otro lado del mundo, en Australia y Nueva Zelanda, para ver si
esos países australes registraban un patrón parecido.
Los resultados fueron sorprendentes: la investigación mostró
una clara alteración en la evolución de los árboles desde la década del ’80.
Pero mientras que los bosques patagónicos habían frenado su crecimiento los de
Oceanía crecieron más que nunca.
¿Cómo se explica? "Nuestros colegas australianos y
neozelandeses analizaron los anillos de árboles en bosques húmedos y fríos, que
se beneficiaron con las temperaturas más altas", explicó Villalba.
En cambio, los investigadores argentinos realizaron sus
estudios en el norte patagónico, donde el clima es más seco.
"El paso siguiente es investigar el impacto del agujero
de ozono sobre otras especies y en otras regiones", anticipó el
científico.
Según los especialistas, si el Protocolo de Montreal se
sigue aplicando con éxito para 2050 la capa de ozono podría volver a sus
niveles normales y los agujeros se cerrarían.
Lo que no pueden anticipar los expertos es cuánto daño habrá
ocurrido para entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario