Poner un hombre en el espacio no involucra sólo el medio de
transporte. Otro de los factores esenciales es su alimentación. Con la mirada
puesta en 2030 y la posibilidad de una expedición tripulada a Marte, la NASA comenzó a desarrollar el
prototipo de un invernadero que permitirá cosechar vegetales en el espacio en
forma automática.
Una misión al planeta rojo tarda casi 3 años (6 meses de ida y otros 6 de regreso, más otros 20 de exploración). Durante ese lapso, es imposible que sus astronautas sobrevivan consumiendo líquidos o alimentos secos. La repuesta a esta limitación puede ser el Sistema de Producción de Vegetales, también llamado VEGGIE, que
“VEGGIE servirá para alcanzar una rápida
producción de vegetales como lechuga, radicheta, repollos y otras verduras de
hoja verde. Algunos cultivos como tomate, arvejas y porotos, en los que se
depende de una flor que se convierte en el fruto, se necesita un ciclo mayor a
los 28 días”, explica Gioia Massa, investigadora del Kennedy Space Center.
Este
invernáculo de bajo mantenimiento mide unos 50 cm de largo y consume unos
100 watts, la mitad de energía que una computadora. Es una cámara transparente
que puede plegarse para que, cuando las semillas están por brotar, las luces
queden más cerca de las raíces.
Para el viaje a Marte, su tamaño se puede ampliar hasta
cuatro veces.
El sistema está equipado con lámparas LEDs que emiten tres
tipos de luces. Las azules son para la estructura de la planta, orientación y
microgravedad y las rojas ayudan a que se produzca la fotosíntesis. Mientras
que el LED verde, logra que las plantas adquieran el tono verdoso, en lugar del
púrpura.
“Nuestra intención es establecer un sistema que acelere el
crecimiento de vegetales, regulando sus nutrientes elementales y el H2O” explica Howard Levine, científico de la
NASA y del Kennedy Space Center Research.
Los vegetales pueden ser cultivados en el espacio o cargados
en pequeñas almohadillas recubiertas de teflón o Kevlar. Para hidratarlos se
utiliza un depósito que está bajo la almohada. En la parte superior del
invernáculo hay una alfombra que se encarga de humedecer las plantas mediante un
proceso automático.
Como valor extra, dicen los científicos, estas plantas
otorgan un beneficio terapéutico a los astronautas, ya que cumplen la función
de “mascotas”. El problema es superar el remordimiento de comerse al compañero
de cuarto.
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