Se estrenó en Essex, Inglaterra, el primer tren alimentado por baterías eléctricas. Al no usar combustibles de origen fósil (una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero) estos trenes tienen un bajo impacto ambiental.
En un período de prueba, el servicio correrá durante cinco semanas. De alcanzar resultados positivos, se planea que una nueva flota de trenes empiece a expandirse por la
red ferroviaria británica, potencialmente reemplazando a los
motores diesel por una alternativa eficiente.
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