martes, 7 de octubre de 2014

De microbios a ballenas, armaron el mayor atlas de la vida en la Antártida

Un centenar de científicos logró relevar unas 9.000 especies. “La diversidad es más rica de lo que se creía”, dijeron.

El Pingüino adelaida junto con el Emperador, las únicas especies de este tipo de aves en la Antártida. /ALAIN DE BROYER
Los detalles sobre la vida marina de 9.000 especies que habitan en aguas de la Antártida, desde minúsculos microbios hasta enormes cetáceos, han sido recogidos por primera vez en un atlas sobre los remotos y helados mares meridionales.

El “Atlas biogeográfico del Océano Austral” fue elaborado durante cuatro años por un equipo internacional de biólogos marinos y oceanógrafos y aportes de más de un centenar de científicos de Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Francia, Bélgica, España y Chile.

Esta obra, presentada la semana pasada en un seminario científico en Nueva Zelanda, contiene en 66 capítulos datos completos y exhaustivos de unas 9.000 especies, así como 800 mapas y 100 fotografías en color. Examina la evolución, el ambiente físico y el impacto del cambio climático en los organismos antárticos, es “el punto de referencia de lo que sabemos sobre la biodiversidad de la vida marina”, dijo el científico australiano Michael Stoddart, exjefe científico de la División Australiana Antártica (DAA).

A pesar del gran reto de recabar esta gran cantidad de información, aún quedan fuera los datos de unas 1.000 a 2.000 especies que han sido descubiertas en esa zona y que están en los museos a la espera de que se les estudie e incluso de que se les ponga un nombre, comentó Stoddart. “Es la primera vez que juntamos en un lugar la información recogida en muchos años de investigación y que servirá, como un hito, para los futuros estudios en la Antártida”, aseguró.

En 2007, en el que se celebró el Año Polar Internacional, el australiano participó en una expedición de tres viajes al este antártico para estudiar a los organismos que habitan las profundidades del océano.

“Se halló que la diversidad de las especies de esa región era inesperadamente más rica de lo que se creía previamente y las técnicas moleculares mostraron que la Antártida era el origen de muchas especies”, acotó el científico.

Así puso como ejemplo una especie de pulpo que existió en la Antártida hace 30 millones de años y que fue impulsada por las corrientes marinas hasta colonizar muchas partes de los océanos. El atlas contiene datos que se remontan a 1940 y que han podido transferirse a un gran banco de datos digital.

Pero aún queda una deuda pendiente que es la investigación a profundidad de zonas profundas del océano glacial antártico, que es de difícil acceso.

Sobre el impacto del cambio climático, Stoddart subrayó que “aún no se tiene la información completa, pero por ejemplo los datos de las especies antárticas terrestres indican que una especie de pingüino, por ejemplo, se está desplazando más al sur de la Antártida, presumiblemente en busca de un ambiente más frío”.

“Estamos mejorando, pero hay mucho por hacer”, dijo el científico, al abrir también la puerta para mayores investigaciones sobre los efectos del cambio climático.

Puso como ejemplo una variación del clima que “hace como 20 millones de años provocó cambios significativos en los peces y en los crustáceos antárticos”.

En opinión de Graham Hosie, responsable de editar varios capítulos de este nuevo atlas, la “información biogeográfica es crucial para descubrir las zonas conflictivas, entender los cambios ambientales, vigilar la biodiversidad y apoyar las estrategias de sostenibilidad y conservación”.

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Fuente: Clarín

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