El monito grita y zamarrea a su mamá, drogada y con los pezones cubiertos con cinta adhesiva. La hembra intenta reincorporarse para consolarlo, pero los sedantes se lo impiden. Esa y otras tantas escenas estremecedoras forman parte de un extenso registro de fotos y videos que la organización protectora de animales PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) difundió para denunciar al Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Poolesville, Maryland (Estados Unidos) por los crueles experimentos psicológicos arcaicos a los que someten a los animales.
Este tipo de pruebas no son nuevas. Iniciadas en la década del '50, trascendieron por su crueldad. Su impulsor, Harry Harlow, murió en 1981, pero en la actualidad las continúa practicando su discípulo, Stephen Suomi. Se trata de experimentos de privación materna en los cuales monos bebé son intencionalmente criados para sufrir enfermedades mentales, son separados de sus madres al nacer y luego sometidos a torturas terribles para exacerbar los síntomas de su patología y probar la gravedad de sus traumas. Para colmo, está comprobado que los resultados obtenidos tienen muy poca o nula relevancia para la salud mental humana.
“Recién nacidos confundidos y perturbados son arrancados de sus madres y sujetados por los científicos, quienes los obligan a poner sus cabezas de un lado u otro para ver qué posición prefieren”, denuncia la asociación protectora de animales, describiendo una de las imágenes que se ve en el video de casi cinco minutos que difundieron para denunciar al INH.
En otros experimentos, “los bebés son enjaulados con sus madres, quienes han sido sedadas químicamente, les han tapado sus pezones con cinta adhesiva y han sido colocadas en un asiento de coche. Los bebés aterrados gritan y lloran, trepando y sacudiendo desesperadamente a sus madres inertes. En por lo menos un caso, se puede escuchar a los científicos reír mientras que una madre trata de permanecer despierta para consolar a su hijo perturbado. En algunos de los ensayos, los científicos incluso liberan a una serpiente electrónica en la jaula con los monos bebé, quienes de manera innata temen a los reptiles”.
PETA denunció, además, que los bebés recién nacidos son inmovilizados dentro de jaulas diminutas y colocados en "cámaras de sustos", en las que los científicos los asustan con ruidos fuertes. Los monitos atemorizados gritan, se encogen del miedo y tratan inútilmente de escapar o se aferran desesperados a la reja.
PETA lanzó una campaña en Internet en la que busca sumar firmas en todo el mundo para frenar este tipo de experimentos.
Fuente: Clarín
Que horror , ¿serán estos experimentos creados para despúes tenernos sometidos a travez de las vacunas y los miedos ?
ResponderEliminarHola Gabriela! Muchas gracias por tu comentario... Realmente es un horror. Ninguna razón justifican estos actos repudiables contra otro ser vivo. Debemos denunciarlos y combatirlos!
ResponderEliminar