Varias crías de elefante, que quedaron huérfanas a causa de la caza furtiva, viven ahora rodeados de cariño en un refugio pionero en Nairobi |
La amenaza que pende sobre el mayor animal terrestre es tan extrema, que su peor enemigo, el ser humano, es también su única esperanza. Por eso, Daphne Sheldrick, en memoria de su esposo David, el famoso naturalista y fundador de la reserva de Tsavo (el parque natural más grande de Kenia), creó en 1977 el Sheldrick Wildlife Trust.
A tan solo unos kilómetros del centro de la capital keniana, este orfanato pionero a nivel mundial acoge, dentro del Parque Nacional de Nairobi, a treinta cachorros de elefantes y dos rinocerontes rescatados después de que sus madres fueran asesinadas.
Los pequeños paquidermos reciben cuidados y mimos. (EFE) |
Cada día decenas de turistas de todo el mundo acuden para observar de cerca a estos grandes huérfanos de África, en la única hora por la mañana en la que el centro abre al público. Durante ese tiempo de recreo, los bebés elefantes, a los que apenas les empiezan a asomar los colmillos por debajo de la trompa, se divierten jugando con el barro y beben los enormes biberones de leche que les preparan sus cuidadores.
Estos huérfanos gigantes tienen un nombre y esconden una triste historia: sus madres han sido asesinadas para servir al comercio ilegal de marfil, que provoca el asesinato de un elefante cada quince minutos en África, según datos del orfanato. El jefe de los cuidadores, Edwin, explica que sus emociones son muy parecidas a las de los humanos. Los elefantes llegan al centro llenos de agresividad y desolados porque han perdido a sus mamás, por lo que los cuidadores intentan suplir esta carencia con mucha atención y cariño.
Lo más difícil de todo es la reinserción de los elefantes en la vida salvaje. (EFE) |
Lo más difícil de todo es la reinserción de los elefantes en la vida salvaje en Tsavo, momento en el que tienen que desprenderse del profundo cariño de sus cuidadores y seguir la irresistible llamada de la naturaleza. Según Edwin, este largo proceso empieza cuando los elefantes tienen dos años y puede durar un máximo de diez dependiendo de cada animal. "Es lo más complicado", aunque a la vez "muy satisfactorio, porque todos llevan el instinto de volver a la vida salvaje en su interior", señala el cuidador.
La caza furtiva de elefantes y rinocerontes es habitual en países como Sudáfrica, Kenia o Camerún. En la actualidad unos 100.000 elefantes del continente, el 20% de la población total, están amenazados con desaparecer en la próxima década, según el Comité Permanente de la Convención Internacional para la Protección de Especies Amenazadas (CITES). "Cuando la gente de todo el mundo compra productos fabricados con colmillo de elefante, están participando en esta tragedia. Todo el mundo puede ayudar a frenar la caza furtiva si quiere", denuncia Edwin.
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Fuente: EFE
felicitaciones, a todos los que participan en la defensa del elefante ,es lamentable que el "humano" no se entere del daño que causa eliminando a los elefantes ,asi como otras especies, el planeta esta tomando cambios alarmantes .
ResponderEliminargracias a todas las personas que trabajan para proteger a los elefantes