miércoles, 19 de febrero de 2014

El consuelo de los elefantes

Los elefantes se consuelan acariciándose con la trompa. (Think Elephants International)

Cuando un ser humano sufre, sus amigos le ponen la mano sobre el hombre para animarle a seguir adelante. Pero el Homo sapiens no es la única especie en la que existe el consuelo. Un equipo de científicos acaba de lograr un nuevo hallazgo sorprendente sobre la inteligencia animal de los animales, al comprobar que los elefantes asiáticos son capaces de consolar a otros que están en peligro, mediante caricias y vocalizaciones.

Los resultados, publicados en la revista de acceso abierto PeerJ, constituyen la primera evidencia empírica de este tipo de comportamiento afectivo entre paquidermos. Así lo ha asegurado el autor principal del hallazgo, Joshua Plotnik, quien comenzó la investigación como estudiante graduado de Psicología en la Universidad de Emory, y que ha divulgado un vídeo que lo demuestra.

"Durante siglos, la gente ha observado que los elefantes parecen ser animales muy inteligentes y empáticos, pero los científicos tenemos que probar que es así en realidad", dice. El consuelo es infrecuente en el reino animal, con evidencias empíricas que hasta ahora sólo habían sido descubiertas en grandes simios, cánidos y algunos córvidos.



"Con sus fuertes lazos sociales, no es de extrañar que los elefantes muestren preocupación por los demás", explica el co-autor de la investigación, el prestigioso primatólogo Frans de Waal, profesor de Emory. "Este estudio demuestra que los elefantes sienten cuando ven a otros en peligro, llegando a calmarlos, de forma no muy diferente a cómo los chimpancés o los humanos abrazan a alguien que se siente mal", señala.

El estudio se centró en un grupo de 26 elefantes asiáticos cautivos repartidos en un campamento de elefantes en el norte de Tailandia. Durante casi un año, los investigadores observaron y registraron cómo reaccionaban los elefantes cuando uno de ellos mostraba una reacción de estrés.

"Cuando un elefante se asusta, sus oídos se apagan, la cola está levantada o se encoge, y puede emitir un ruido de baja frecuencia, un sonido con su trompa o rugir para señalar su sufrimiento", dice Plotnik.

El estudio descubrió que los elefantes cercanos se aproximaban al que sufría el estrés y tendían al contacto físico después de un evento de este tipo. Como ejemplo típico, un elefante cercano se colocaba al lado del animal angustiado y usaba su trompa para acariciarle suavemente su cara, o ponía su trompa en la boca del otro animal.

"El gesto de poner la trompa en la boca del otro es casi como un apretón de manos o un abrazo del elefante", explica Plotnik. "Es una posición muy vulnerable, ya que podría ser mordido. Puede estar enviando una señal de 'Estoy aquí para ayudarte, no te haré daño'."

Los elefantes también mostraron una tendencia a vocalizar para dar consuelo. "La vocalización que oí más a menudo después de un evento de socorro era un alto chirrido", dice Plotnik. "Puede ser una señal como, 'Shshhh, está bien', el tipo de sonidos de un adulto humano podría hacer para tranquilizar a un bebé", dijo.

Fuente: El Mundo

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