La asociación ecologista Sea Sepherd dijo que había localizado una flota de balleneros japoneses y constatado que cuatro ballenas habían sido arponeadas en un "santuario" del océano Antártico.
Los tres navíos de Sea Sepherd comenzaron a perseguir a las cinco embarcaciones japonesas, entre las que se encuentra el navío-fábrica Nisshin Maru, para detener su operación y hacer que se retiren, precisó la asociación en un comunicado.
Sea Sepherd difundió un video en Internet grabado desde un helicóptero en el que se ven tres ballenas de Minke sobre la cubierta del Nisshin Maru y una cuarta siendo despedazada.
"Hay tres osamentas en el barco y una cuarta está siendo cortada. Hay sangre por todas partes, carne sobre la cubierta, y las entrañas y los despojos son lanzados al mar", dijo el presidente de Shepherd Australia, Bob Brown. "Es una escena cruel, sangrienta y medieval que no tiene cabida en este mundo moderno", añadió.
La asociación aseguró que el Nisshin Maru había sido localizado inicialmente en el interior de aguas territoriales neozelandesas, "una violación total de la ley internacional". Pero el ministro neozelandés de Relaciones Exteriores, Murray McCully, desmintió que la caza se realizara en el interior de su jurisdicción marítima, y dijo que la zona implicada correspondía a aguas internacionales.
No obstante, condenó esta caza "inútil y ofensiva". "El Gobierno de Nueva Zelanda ha pedido en numerosas ocasiones a Japón que ponga fin a este programa. Hoy repetimos este mensaje", declaró.
Un responsable de la agencia japonesa de pesca declaró "ignorar la existencia de un santuario ballenero" y rechazó comentar las acusaciones del presidente de Sea Shepherd Australia.
Los navíos de la organización habían partido de las costas australianas a mediados de diciembre para su décima campaña en el Antártico, unos días después de que los balleneros japoneses abandonaran los puertos del archipiélago.
Las capturas de los balleneros nipones, cuyas actividades están destinadas oficialmente a la "investigación científica", alcanzaron sus niveles más bajos la temporada pasada, debido a las operaciones de hostigamiento de los activistas ecologistas.
Fuente: AFP
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