lunes, 17 de junio de 2013

El enfriamiento global puede ser tan significativo como el calentamiento

Foto: TFIOREZE/WIKIMEDIA COMMONS
Una ola de frío hace 116 millones de años provocó una crisis en el ecosistema marino similar a las que también se dieron en el pasado como consecuencia del calentamiento global, según un estudio publicado en Nature Geoscience.

El estudio internacional con participación de expertos de las universidades de Newcastle, Reino Unido, Colonia, Frankfurt y GEOMAR, confirma el vínculo entre el enfriamiento global y una caída en el ecosistema marino durante el período de invernadero del Cretácico medio.

También cuantifica por primera vez la amplitud y la duración del cambio de temperatura. El análisis de la geoquímica y la micropaleontología de un núcleo de sedimento marino tomada desde el Océano Atlántico Norte, demuestra que un descenso de la temperatura global de hasta 5 º C produjo un cambio importante en el ciclo global del carbono durante un periodo de 2,5 millones de años.

Al ocurrir en un momento de gran actividad tectónica que impulsó la ruptura del supercontinente Pangea, el estudio explica cómo la apertura y ampliación de nuevas cuencas oceánicas alrededor de África, América del Sur y Europa creó un espacio adicional donde se fijaron grandes cantidades de CO2 atmosférico por organismos fotosintéticos como las algas marinas.

Los organismos muertos fueron enterrados en los sedimentos en el fondo del mar, producción esquisto orgánico rico en carbono en estas nuevas cuencas, bloqueando el carbono que estaba previamente en la atmósfera.

El resultado de este mecanismo masivo de fijación de carbono produjo un descenso en los niveles de CO2 en la atmósfera, reduciendo el efecto invernadero y la disminución de la temperatura global.

Este período de enfriamiento global llegó a su fin después de unos 2 millones de años después del inicio de un período de intensa actividad volcánica local en el Océano Índico. Con la producción de grandes volúmenes de gas volcánico, el carbono que se había retirado de la atmósfera en que fue encerrado en la pizarra fue reemplazado con el CO2 del interior de la Tierra, volviendo a instaurar un efecto invernadero que condujo a clima más cálido y el fin de la ola de frío.

Fuente: Europa Press

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