jueves, 10 de enero de 2013

Cómo enfrenta el organismo un calor de 50º centígrados

La OMS dice que la temperatura ambiente óptima es de entre 18 y 24º C.

Australia está experimentando una de las olas de calor más fuertes que ha tenido. Es tan fuerte que los meteorólogos se han visto forzados a incrementar las escalas de temperatura hasta 54º C y agregar un nuevo código de color.

Las temperaturas sin precedentes han causado incendios forestales y puesto vidas en riesgo. Pero el intenso calor conlleva otro riesgo: el impacto en el cuerpo humano.



Las temperaturas extremas causan estrés en el organismo cuyo funcionamiento óptimo es entre los 36 y 37,5º C.

Cuando son más altas el cuerpo se libera del calor principalmente con el sudor, aunque la respiración y el incremento en el ritmo cardíaco también pueden expulsarlo.

Entre más caliente y más húmedo, más sudor se expele, y esto incrementa el riesgo de deshidratación.

En calor extremo el organismo comienza a luchar para poder enfriarse, lo cual puede conducir a espasmos musculares, agotamiento y golpe de calor.

Éste es un trastorno que requiere atención médica de emergencia porque puede resultar en daño permanente a órganos vitales e incluso la muerte.

Pero, ¿cuánto es demasiado calor?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la temperatura ambiente óptima para el organismo es entre 18 y 24º C.

Cualquier nivel más elevado provoca que los riesgos se incrementen.

Y estos riesgos están vinculados a la temperatura a la cual está acostumbrado el cuerpo. Por eso no sorprende que los habitantes de países más calientes puedan enfrentar mejor el aumento de temperaturas.

Precauciones

Los estudios han demostrado que cuando la temperatura llega a los 35º C, y está acompañada de altos niveles de humedad, puede poner en riesgo a la salud.

Si llega a 40º C puede ser peligroso incluso con niveles bajos de humedad.

Sobra decir que a 50º C, el riesgo es incluso más alto.

Mucho depende de qué tan vulnerable es la persona.

Los ancianos, bebés, niños pequeños y mujeres embarazadas son los más susceptibles a los extremos de calor. Pero también las personas con enfermedades crónicas como problemas cardíacos o respiratorios.

Ciertos tipos de medicamentos o infecciones también pueden tener efectos.

Durante las olas de calor se aconseja al público que tome precauciones, como beber mucha agua, evitar el ejercicio intenso y vestirse adecuadamente con ropas ligeras y claras.

Pero con un calor extremo es esencial buscar un ambiente frío en el cual se pueda reducir artificialmente la temperatura corporal.

Calor "asesino"

La profesora Virginia Murray de la Agencia de Protección de la Salud (HPA) de Reino Unido, que ha estudiado el efecto del calor en el cuerpo, afirma: "Lo que es realmente preocupante es cuando el cuerpo no es capaz de enfriarse a sí mismo".

"Eso puede ocurrir si el calor es realmente intenso durante el día y la noche. El cuerpo no tiene oportunidad de deshacerse del calor. En esas circunstancias lo más importante es poder ir a algún lugar para enfriarse. La gente necesita encontrar un área fría en un edificio o algún sitio con aire acondicionado", explica la profesora Murray.

Cuando las personas no pueden hacer eso, la historia muestra que el calor puede ser un asesino.

Se calcula que la ola de calor que azotó a Europa en 2003, el verano más caliente desde 1500, causó la muerte de más de 70.000 personas en el continente.

También se dijo que hasta 10.000 personas murieron durante el intenso verano de 1988 en Estados Unidos.

De hecho, de todos los desastres naturales, las temperaturas extremas de calor son uno de los más letales. En total han causado más muertes que las inundaciones, los terremotos y los tornados.

Fuente: BBC 

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