jueves, 18 de octubre de 2012

¿Cómo limpiar la basura espacial?


Allá a lo lejos, incluso por encima del lugar donde Felix Baumgartner se precipitó la semana pasada, la llamada basura espacial orbita nuestro planeta.


Decenas de millones de toneladas melancólicas que un día fueron satélites, naves espaciales o cápsulas hoy han quedado abandonadas, fragmentadas, inservibles, destruidas.

La gran mayoría son menores a un centímetro, pero son millones y representan riesgos tanto para el equipo espacial activo, como para los humanos que contemplan las estrellas aquí abajo.

Pero, ¿cómo se limpian millones de pedazos espaciales? Un grupo de científicos británicos se cuenta entre los últimos en ofrecer una respuesta.

Antes de entrar al terreno de las soluciones, quizá valga la pena recordar brevemente porque los escombros tecnológicos en el espacio son una amenaza.

Para las naves y satélites actuales la chatarra representan un peligro. En los años 90, por ejemplo, un pequeño trozo de pintura flotante se estrelló contra la ventana principal del transbordador espacial Challenger creando un agujero de un milímetro. ¿Pueden imaginarse lo difícil es que es reparar una ventana dañada en el espacio?

Pero no sólo se trata de pequeños fragmentos. A veces pedazos grandes de escombros se meten en la órbita de naves espaciales, obligándolas a maniobrar. En dos ocasiones -en 2009 y 2011- los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI) se vieron obligados a esconderse en un compartimiento especial ante la amenaza de colisión de grandes objetos.


Para la humanidad también hay riesgos

Aunque la mayoría de los escombros se desintegran a reingresar en la atmósfera terrestre, los más grandes pueden atravesarla y alcanzar la superficie.

En 2007, por ejemplo, un vuelo de la aerolínea chilena Lan que viajaba entre Santiago y Nueva Zelanda con 270 pasajeros reportó haber visto un fragmento de basura espacial que habría pasado a unos ocho kilómetros de la aeronave.

En la frontera entre Rusia y Kazajistán pueden encontrarse varios pedazos de chatarra galáctica. Los habitantes de la zona incluso temen que contengan alguna sustancia que esté dañando su salud.

La NASA y la agencia espacial rusa han recibido varias recomendaciones para que desarrollen aparatos capaces de disolver la basura espacial o que se hagan responsables de ella.

Los científicos aseguran que se ha llegado a un punto de inflexión por lo que creen que la limpieza espacial no puede esperar más. 


Aquí algunas de las propuestas presentadas hasta ahora:

Arpones para pescar

Científicos del Reino Unido -de la compañía espacial Astrium- sugirieron llegar a los escombros a través de un "arpón espacial".

El instrumento estaría diseñado para capturar los fragmentos de escombros y dirigirlos hacia la atmósfera para que ahí entren en combustión.

La idea es "pescar" estos pedazos y después "cocinarlos".


Vehículos recolectores

En una línea similar, la empresa MacDonald, Dettwiler y Asociados, creó un vehiculo espacial que se enviaría desde una estación central a recoger la chatarra para después llevarla de regreso a su punto de partida.

La idea es lanzarlo en 2015.

¿Alguien más imagina una planta de tratamiento de basura espacial?


Escoba láser

Como si saliera de una cinta de ciencia ficción una idea es utilizar un rayo láser -situado en la Tierra- para disparar a los escombros, no para destruirlos sino para hacer más lenta su trayectoria.

La idea es que de esta manera los fragmentos comenzarán a perder altitud hasta ser absorbidos por la atmósfera. El proyecto, sin embargo, ha sido pospuesto ante los innumerables tratados que prohibirían el que un rayo así fuera disparado.

Los fanáticos de la Guerra de las Galaxias pueden imaginarse cómo sería.


Gel aéreo

Algunas voces han hablado sobre la posiblidad de experimentar con gel aéreo, una sustancia sintética y ligera como un gel pero que reemplaza el líquido con un gas.

El gel aéreo se solidifica manteniendo en él lo que toca.

La NASA lo usó para recolectar polvo espacial en la nave Stardust, pero no ha sido probado fuera de una aeronave.

Ideas, como pueden ver hay muchas, y varias empresas están tratando de proveer soluciones. Sin embargo, el costo de cualquiera de estos proyectos -según los expertos- es el mismo que el de lanzar una nueva nave espacial.

Y parece que, por ahora al menos, no hay suficientes fondos.


Fuente: BBC

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