viernes, 22 de junio de 2012

Termina Río+20 en medio del rechazo de ambientalistas y la gente



La cumbre Río+20 terminará hoy en Brasil en medio del rechazo de la sociedad civil, expresado por documentos, en multitudinarias marchas de protesta y por duros ataques de ambientalistas, que responsabilizaron principalmente a los países ricos del "desastre" de la más grande conferencia de la historia de la ONU.

"El resultado es nada menos que un desastre. El interés por proteger las ganancias de corto plazo de las corporaciones se impuso al interés común", expresó el representante de Greenpeace, Daniel Mittler, quien criticó duramente la "hipocresía" de los países ricos, en especial los de la Unión Europea (UE), que lamentaron la "escasa ambición" del documento final.

"Los países ricos han creado una nueva definición de hipocresía. Vinieron sin dinero y sin compromisos y pidieron acción, como si no fueran ellos los que obstaculizan el progreso. Dieron dinero a los bancos gananciosos, gastan un billón de dólares en subsidios perjudiciales y dicen que no tienen dinero para el desarrollo sostenible", agregó.

Greenpeace criticó asimismo la "alianza" de Venezuela, que se unió a Estados Unidos, Canadá y Rusia para evitar el lanzamiento inmediato de negociaciones para proteger las aguas oceánicas fuera de las jurisdicciones nacionales: "Ahí vemos que cuando hay interés económico, los países olvidan las diferencias ideológicas y saltan juntos a la cama", expresó el director ejecutivo de la organización, Kumi Naidoo.

También el director ejecutivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Lasse Gustavsson, lamentó el desenlace de la más grande conferencia de la historia de la ONU: "Después de dos años de diplomacia sofisticada de la ONU, hemos llegado a algo que sólo nos dará más pobreza, más conflicto y más destrucción ambiental".

También la ex primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, integrante de la organización "The Elders" (los ancianos), fundada por Nelson Mandela, afirmó que la declaración de Río+20 "no hace lo suficiente para poner a la humanidad en un camino sostenible".

Pese a la indignación generada por el documento, tanto el anfitrión Brasil como otros gobiernos que participan en la cita carioca sostienen que la declaración refleja "el acuerdo posible", y que ya no será modificada: "A veces, lo mejor es enemigo de lo bueno", dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Para Brasil, la cita no fue un fracaso, ya que sentó las bases para la definición hasta 2014 de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de sus mecanismos de financiamiento, creó un foro de alto nivel para coordinar la transición hacia una "economía verde", estableció un plan de 10 años para abandonar el modelo insostenible de producción y consumo, entre otras cosas.

El coordinador brasileño de la cita, el embajador Luiz Alberto Figueiredo, sostuvo por su parte que ésta ha sido la conferencia de la ONU que más espacio dio a la participación de la sociedad civil, lo que consideró como un importante paso adelante.

Pero los representantes de la sociedad civil invitados a participar en los debates no estuvieron de acuerdo y anunciaron en una nota que no apoyan la declaración final bautizada de "El Futuro que Queremos".

"El Futuro que Queremos no está en el documento que lleva este nombre... El futuro que queremos... tiene la urgencia necesaria para revertir las crisis social, ambiental y económica, y no postergación. Tiene cooperación y sintonía con la sociedad y sus anhelos, y no sólo las cómodas posiciones de gobierno", afirma el texto.

"Registramos nuestra honda decepción con los jefes de Estado, pues fue bajo sus órdenes y orientaciones que trabajaron los negociadores, y aclaramos que la sociedad civil no apoya ni subscribe este documento", agrega.

Fuente: EFE

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