jueves, 3 de mayo de 2012

La Madre de la Paz



Se llamaba Agnes Bojaxhiu, pero el mundo la conoció como la Madre Teresa. Una mujer que consagró su vida a los más pobres. Un ejemplo de amor para un mundo donde el egoísmo y la ambición, por desgracia, son moneda corriente.

Luego de recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979 nos regaló este testimonio lleno de paz y amor al prójimo: “No nací en 1910, como dicen mis documentos. Nací el 10 de septiembre de 1946 en una calle de Calcuta, cuando tropecé con el cuerpo de una mujer moribunda. Ratas y hormigas le subían por las llagas. La alcé, caminé hasta un hospital y pedí una cama para ella. La mujer murió allí, en la primera, la última y la única cama que tuvo en toda su vida. En ese pobre cuerpo estaba todo el horror de un mundo injusto, atroz, que deja morir a su gente, y Dios lo había puesto en mi camino como una antorcha… ¿Cómo llegué a la India? Sin equipaje y con apenas cinco rupias (nada…). Con cuatro compré un sari de algodón, el más barato, y la quinta se la di a una mujer que pedía limosna. Así empecé esta misión que hoy tiene 4.500 hermanas de caridad en 80 países, educa a 10 mil chicos, logra que atiendan a un millón de enfermos en 280 hospitales e impide que 600 mil leprosos vivan como parias.”

Quien mejor que esta luchadora de la paz para comenzar este blog. Quien mejor que ella para darnos fuerzas y creer que un mundo en paz es posible.

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